lunes, 30 de enero de 2012

Cuento sadeano

Resulta que a mediados de los 1780's, el marqués de Sade, ya dedicado de lleno a sus escritos pornográficos y escalofriantes, nos regala un libro de cuentos "solamente" sucios, como aquellos del Decamerón de Boccacio, o los del Heptamerón de Margarita de Navarra.

Después volveré sobre este magnífico libro, por lo pronto les dejo un ejemplo de "lectura suave":



EL ESPOSO COMPLACIENTE
Toda Francia se enteró de que el príncipe de  Bauffremont tenía, poco más o menos, los mismos gustos que el cardenal del que acabamos de hablar (le gustaban los traseros). Le habían dado en matrimonio a una damisela totalmente inexperta a la que, siguiendo la costumbre, habían instruido tan sólo la víspera.
–Sin mayores explicaciones –le dice su madre–, como la decencia me impide entrar en ciertos detalles, sólo tengo una cosa que  recomendaros, hija mía:
desconfiar de las primeras proposiciones que os haga vuestro marido y contestadle con firmeza: «No, señor, no es por ahí por donde se toma a una mujer decente; por cualquier otro sitio que os guste, pero por ahí de ninguna manera....»
Se acuestan y por un prurito de pudor y de honestidad que no se hubiera sospechado ni por asomo, el príncipe, queriendo hacer las cosas como Dios manda al menos por una vez no propone a su mujer más que los castos placeres del himeneo; pero la joven, bien educada, se acuerda de la lección:
–¿Por quién me tomáis, señor? –le dice–. ¿Os habéis creído que yo iba a consentir algo semejante? Por cualquier otro sitio que os guste, pero por ahí de ninguna manera.
–Pero, señora...
–No, señor, por más que insistáis nunca accederé a eso.
–Bien, señora, habrá que complaceros –contesta el príncipe apoderándose de su altar predilecto–. Mucho me molestaría que dijeran que quise disgustaros alguna vez.
Y que vengan a decirnos ahora a nosotros que no merece la pena enseñar a las hijas lo que un día tendrán que hacer con sus maridos.
Del libro "Cuentos, Historietas y Fábulas" del Marqués de Sade



Este libro contiene una joya de la picaresca, volveré a él en breve.

viernes, 27 de enero de 2012

Rejuvenecer leyendo (cochinadas)

Mujer rejuveneciendo
Una curiosidad informática: me entero que Google "hace perfiles de usuario en base a tus preferencias de navegación", lo que en buen castellano significa que Google nos espía.....ninguna novedad; según ellos para dirigir la publicidad de una manera puntual y blablabla.

El tema es que con todo este rollo postmoderno de la privacidad y cosas así,  Google pone a tu disposición una cierta información estadística que recolecta de tus preferencias de navegación.

En ésta página pueden buscarlo:

https://www.google.com/settings/ads/onweb

Bueno, resulta que Google dice que puede adivinar tu edad y tu sexo; en información demográfica, podemos leer:

"Podemos deducir tu edad y sexo en función de los sitios web que hayas visitado."

Bueno, sucede que yo tengo el navegador de la oficina y otro navegador donde soy Lepis el que escribe este blog. En ambos navegadores, Google me informa que soy hombre, pero hay una diferencia abismal en mi edad:

En el navegador de la oficina, resulta que Google deduce que mi edad ronda entre los 55 y los 64 años. Aunque hay días que me siento muuuuuuuy viejo, es un abuso de parte de Google el calcularme tantos años de más.

En el navegador donde escribo Literotismos y visito a mis amigos del blogroll, Google deduce que tengo entre 25 y 34 años.

Deducción 1: Leer literatura erótica, leer este blog y el blogroll te puede quitar hasta 40 años de encima.
Deducción 2: Google, como adivino, no atinó ni en el promedio.

¿Qué edad opina Google que tienes?

martes, 24 de enero de 2012

Sonetos Lujuriosos de Pietro Aretino Parte 7



Soneto XV

fíjese el hombre que al clavar le duele
Ser perturbado en tan dulce empresa,
en este que en tal trance no le pesa
llevársela jodiendo a donde quiere

Y estudiarlo la pena no merece.
Conocer verbigracia la manera
de hacerlo bien, verás que nada cuesta:
Joder puede quien ama y se enardece.

Mira cómo la alza con los brazos,
Las piernas ella enlaza en los ijares,
En dulce goce al borde del desmayo.
Ya nada los perturba, aunque se cansen:
Y de tal modo el juego es arrebato
que se encienden jodiendo y se deshacen.

Mas aún firmes y audaces,
juntos jadean de placer sedientos
y mientras dure, estarán contentos.






Soneto XVI

-Tú, con mis piernas al cuello, en el culo
la picha me has metido: ¡rompe, rasga!
Estoy en el suelo, fuera de la cama.
¡Oh, qué amargo placer, placer rotundo!

Devuélveme al lecho, porque así me hundo
y moriré con la cabeza gacha.
El dolor de parir, penar que pasa.
¡A qué extremo me lleva amor tan crudo!

-¿Qué me piensas hacer?- Lo que tú quieras
-Dame la lengua entonces, alma mía.
-Asaz pide quien sirve bien y espera.

-La crica un poco de placer ansía,
porque entre el culo y ella la paz sea.
¡Entra amigo, que no escape la picha!

Muerta por cierto estaría,
si tardabas en darme alivio abondo,
mi bien, mi corazón y mi tesoro.


En el Toscanini, el documento más antiguo con los sonetos del Aretino, los sonetos XV y XVI son los que se muestran arriba, pero según la tradición, originalmente los sonetos XV y XVI serían los siguientes:





Soneto XV
Al niño teta, y teta a tu fruta;
A un tiempo, da la leche y la recibe,
y tres dentro de la cama se percibe:
cada uno a su gusto su papel disfruta.

¿Tuviste acaso una cojida en esta forma,
no es de las mejores que has tenido?
En esta cojida más contento tomas,
Que un villano que come lo querido.

- Es verdad muy dulce el tal roce,
Coje el reverendo y coje el divo;
y como yo, tiene la abadesa goce;

Y si me toca en tu coño hacer el vivo
a tu bello carajo duro estar en pose,
yo siento un placer superlativo.

Y si a ti mi buen carajo esquivo,
 en la dulce cogida, el coño te funde,
aguanta un mes, y del gusto en él te hundes.



Soneto XVI
-No llores, nene mío, tenla quieta,
tu métemela toda sin cuidado,
dame también la lengua, bien amado,
y avívame el hornillo con tu teta.

-Puesto que así lo quieres loca, sea,
anda, vuélvete del otro lado.
-Cuando me digas qué hacer de grado
pero, duérmete niño. Que más sea.

Mecer, cantar, coger, que maravilla
son tres cosas que a un tiempo ejecuto
cual si fuese la cosa más sencilla.

Esto es aprovechar las ocasiones
una mano en mi pipa, el pie en la cuna,
la otra acariciando los cojones.

¡Pero no te retires que me viene!
-Es que te haré otra tripa de seguro.
-Aunque me hagas cuarenta, ¡reviene!



sábado, 21 de enero de 2012

Venus en India de "Charles Devereaux"

Esculturas eróticas del templo de Khajuraho, en la India 
Entre tanta basura porno-victoriana producida a finales del antepasado siglo, creo que podemos rescatar este libro. Un diario de viaje (erótico) de un oficial inglés enviado a Afganistán. El libro es francamente pornográfico, con detalladas descripciones de los actos sexuales del narrador, si bien de bastante "buen gusto" (si eso existe en la pornografía) y sin demasiados cochinitos en su narración.

El autor abiertamente admite que está escribiendo unas memorias para un público femenino....toda una curiosidad victoriana, de consumidor habitualmente masculino. El primer tomo del libro salió de la imprenta en Amsterdam en el año de 1889, por el impresor de novelas de "ese tipo" August Brancart, quien también "parió" Mi vida secreta, el gran anónimo victoriano. El segundo tomo es ligeramente distinto en estilo, más del tipo de novela romántica, y creo que se imprimió en 1905.

No se necesita demasiada imaginación para suponer que el tal "Charles Devereaux", si bien parece haber existido, no es el autor del libro en cuestión. Venus en India o "Avernturas amorosas en el Indostán" trata, en boca de su autor de "Cándidas memorias de un oficial del Ejército hindú, más aficionado a las artes del amor que a las de la guerra". El autor parece haber sido un tal Mayor Crommelin Henry Ricketts, official retirado del ejército  en 1871 tras 21 años de servicio en el quinto batallón de caballería. La novela está bien escrita, por una persona culta y quien definitivamente conoce de lo que habla (el frente de guerra, no sean mal pensados)

El título en cambio, es una mera estrategia comercial; a la novela se le puede exprimir el racismo y se reduce a los tratos entre ingleses en la frontera con Afganistán (entre ingles inglesas). Si se trata del frente de guerra, no lo sabemos, ya que la mayor parte de las descripciones que el tal Devereaux hace son de sus días francos, que parecen ser casi todos.

Charles Devereaux, un joven supersexual, deja a su esposa y a su bebé en casa para ir al frente de batalla. En unas barracas donde se ve obligado a hacer una parada de varias semanas, se consuela entre las piernas de Lizzie Wilson, una mujer  que viene a ser la contraparte hipersexual del caballero en cuestión y quien está sola, esperando para ir junto a su cornudo marido.

En su vida en la barraca, lleva sus relaciones con toda discreción, teniendo oportunidad de enterarse de los  chismes de su superior, cuya mujer se hizo prostituta a causa de que casi fue sodomizada por el superior.

Esculturas eróticas del templo de Chitragupta,
en la India
Algo que me parece muy interesante, es el trato que el tal Devereaux le da a ese superior en particular, ridiculizándolo, haciéndolo ver como violador demente, como aficionado a los muchachitos, como cornudo de una ramera, como un vergüenza para el ejército y como un loco desquiciado. Ese personaje debe estar basado en alguien a quien el autor despreciaba malamente.

Lizzie convalece después de casi ser violada por dicho energúmeno; y en su convalecencia narra la historia de cómo fue seducida por un soldado a la edad de trece años. Ellos dos parecen estar enamorados, pero deben separarse para seguir sus caminos.

En el segundo libro, Charles Devereaux viaja a las montañas colindantes con Afganistán, prácticamente el frente de guerra. Allí se enamora de las tres hijas de su superior. Especialmente de una de ellas, Fanny, quien es la imagen juvenil de Lizzie.

Aunque este segundo libro es más extenso, toda la historia es más lenta, al tipo de novela romántica más que de escrito pornográfico. En una escena, repitiendo la historia del primer tomo, salva a Fanny de ser violada por un gigante afgano, no así a su hermana Amy, quien es terriblemente enculada (pero conservada virgen para fortuna de Charles)

Al final, termina teniendo relaciones con las tres chicas, se supone que la criada, versada en el Kamasutra, las había inducido precozmente al sexo. Aunque el título alude a los recientemente descubiertos manuales hindúes, no encontramos sexo hindú en el libro, lo que tenemos es un sexo muy victoriano.

¡Dioses! Me lancé sobre la encantadora criatura y al momento estaba sobre ella, entre sus muslos abiertos de par en par, descansando en su hermoso busto. ¡Qué elásticos parecían sus bellos senos apretados contra mi pecho! Y qué suave, qué inexpresablemente deliciosa era su caverna mientras enterraba pulgada a pulgada mi Juanito allí, hasta que mis pelos se mezclaron con los suyos y mis huevos colgaban o más bien se apretaban contra su encantador trasero blanco. ¡Y qué mujer para poseerla! Cada uno de mis movimientos provocaba en ella una exclamación de deleite. Oyéndola pensaría uno que era la primera vez que sus sentidos habían sido poderosamente excitados desde sus cimientos mismos. Sus manos no quedaban quietas jamás; paseaban sobre mí, desde la nuca hasta los íntimos límites de mi cuerpo donde lograban llegar. Era simplemente perfecta en el arte de dar y recibir placer. Cada transporte mío era devuelto con interés, cada loco empellón encontraba la correspondiente sacudida, cuyo efecto era hundir mi máquina hasta su última raíz.


Un punto muy curioso es el cariño que muestra por las mujeres de las que se enamora, cuidándolas y protegiéndolas al extremo y con gran ternura. Lo feo del caso es la atracción pedófila por una niña de 12 años. Lo bonito es que las mujeres se entregan con ternura, buscando su propio placer.

Curiosa la atención que da a la descripción de los anticonceptivos, la insistencia en la importancia de la virginidad; el repudio a la "sodomía" y a la violación, la desnudez como un recurso erótico insólito en la Inglaterra victoriana, y el racismo siempre presente.

Al final hay referencias al tercer volumen, uno que nunca parece haber sido editado.




Perversógrafo: Sexo vaginal, oral, anal, masturbación, violación, pedofilia, infidelidad, prostitución, 69, desnudez, voyeurismo, exhibicionismo.

Mi edición es de Bruguera, de "circulo de lectores", pero hay otra en español:


Venus en India
Charles Devereaux
Septiembre 1979
La Sonrisa Vertical SV 17
ISBN: 978-84-7223-317-1
288 pág.

martes, 17 de enero de 2012

Anticoncepivos, bebistrajos y cataplasmas

Siguiendo el tema de los anticonceptivos en la literatura erótica, me encuentro unos ejemplos antiguos. El la antigua Grecia, la encargada de evitar embarazos no deseados era la mujer; el método por el que lo lograra no era de importancia para el hombre, quien no se preocupaba en lo más mínimo por impedir un embarazo.

Aunque se ha supuesto que en Grecia se utilizaba el sexo anal y el coito interrumpido como método anticonceptivo, no hay muchas referencias literarias que nos den más luz de lo que ocurría en lo privado, y no es porque el sexo fuera anatema en Grecia, sino porque la anticoncepción era cosa de mujeres y ellas no escribían.

En Lisístrata de Aristófanes, se nos presenta la situación de las mujeres haciendo una huelga sexual para presionar a los hombres a deponer las armas y regresar a sus hogares.  Aquí tenemos un ejemplo interesante. Lisístrata está platicando con Lampito sobre una vivaracha jovencita recién llegada de Beocia. Se me ocurre que la recién llegada debe estar desnuda o con poca ropa, porque las dos usan eufemismos para referir que tiene el vello púbico "rastrillado".


Lisístrata: Y de estas dos, la jovencita que está aquí, ¿de dónde es? 
Lampito: Esta es de alcurnia, por los dos dioses, una beocia que ha venido hacia ustedes 
Lisístrata: sí, por Zeus, muy de Beocia: qué bella llanura tiene allí abajo! 
Cleonice; si, por Zeus, bien cosechado, bien rastrillado y sembrado de poleo

El poleo era un conocido anticonceptivo y abortivo en la Grecia clásica, así que en el contexto que se le utiliza aquí, debe haber sido una cataplasma intravaginal o vaporizaciones o alguna cosa así. Se sabe que las mujeres de Grecia bebían la infusión de la planta, no exactamente como digestivo.

Bien decía por allí Vigo, que en el tratado de Ginecología de Soranus, daba recetas de cómo evitar la entrada del semen en el útero; desde ejercicios chistosos hasta cataplasmas, supositorios y bebistrajos.

Pero repito, todo eso es literatura. No lo intenten. No funciona. En la Grecia clásica debe haber habido bastantes casos de intoxicación hepática.


viernes, 13 de enero de 2012

Anticonceptivos, Posiciones sexuales


Hasta bien entrado el siglo XX, la mujer no fue dueña de su fertilidad. Aún hoy me atrevo a decir que nadie es dueño de su fertilidad, pero al menos tenemos buenos métodos e información para engañarnos creyendo que lo somos.

La literatura erótica también se refiere en ocasiones a la anticoncepción. Aunque rudimentarios, los métodos que describen son toda una curiosidad:

Aunque la anticoncepción era mal vista en el mundo romano, Tito Lucrecio Caro involuntariamente nos informa cómo se evitaba el embarazo:

En el libro IV sobre "la naturaleza de las cosas", nos advierte:

También debe observarse la manera
De tratar a la misma dulce Venus;
Pues como los cuadrúpedos se ayuntan
Muchos son de opinión que los esposos  1740
Deben hacerlo, porque de este modo
Pueden las partes recibir el semen
Echando el pecho y levantando el lomo.
No conviene que hagan las esposas
Movimientos lascivos, porque impiden
Hacerse la mujer embarazada
Cuando con los meneos de las nalgas
La venus del varón estorba inquieta
Y da oleadas con el tierno pecho;
La reja del arado echa del surco,      1750
Y el chorro seminal quita del sitio.
Por utilidad propia las rameras
Tuvieron la costumbre de moverse,
Por no hacerse preñadas con frecuencia
Y porque al mismo tiempo los varones
Tuviesen una venus más gustosa:
Mas la honesta mujer no las imite.

Tito Lucrecio Caro (99 a. C. - 55 a. C.), poeta y filósofo romano.

Creo que debería intentarlo.......naaah


PD.- Por si luego dicen que no se los advertí.......éste método no funciona, yo sé lo que les digo.


martes, 10 de enero de 2012

Sonetos Lujuriosos de Pietro Aretino Parte 6



Soneto XIII

-Dame la lengua y apoya el pie en el muro.
Aprieta con las piernas estrecho estrecho.
Ponte boca abajo sobre el lecho,
que nada sino follar me interesa.

-Ah, traidor, el carajo tienes duro.
-Oh, que dulzura la de tu coño.
-Un día metérmela en el culo te prometo,
y que saldrá limpia te aseguro.

-Gracias te doy, querida Lorenza
y me esforzaré en servirte, pero empuja
empuja como hace la zapatera.

-Ahora mismo ¿y tú cuándo corazón?
-En seguida; tú dame la lengüecita,
que me muero. -Yo también, y tú eres la razón.

-Entonces, ¿cumplirás?
-Ahora mismo, ahora lo hago, señor mío,
ahora lo hago –Y yo. -Ay de mí. –Oh Dios.


Soneto XIV
-No tires, Cupido sinvergüenza, chulo,
de la carriola. Párate, borrico,
que quiero dar por coño, y no por culo,
a quien me toca la polla, y yo me río;

En los brazos y en las piernas confío,
mas tan incómodo estoy, no te engaño,
que así hasta un mulo, en una hora moriría.
Sin embargo, soplo y con el culo grito.

Si acaso te cansaras, Beatriz,
me habrás de perdonar, porque ya sabes
que follar en esta postura me destroza;

y si no tuviera tu culo por espejo,
sosteniéndome así, en ambos brazos,
Nunca concluiría asunto nuestro.

Oh culito blanco y rosado,
Si mirándote no me llenas,
No tendría la verga tiesa apenas.



sábado, 7 de enero de 2012

Katsushika Hokusai, cómico ¿involuntario?.

Las imágenes del arte shunga, han sido interpretadas en occidente como libros para novias ignorantes, sin embargo, en las imágenes del periodo cumbre, tenemos unos ejemplos que nos pueden hacer dudar de la verdadera utilidad de las estampas.

Estas imágenes podían comprarse en la calle (posiblemente en los barrios de placer) por el mismo precio que costaba un plato de fideos; eran más económicos que la más económica prostituta y podían usarse para inspirarte o masturbarte con ellos. Eran convenientes, bellos, económicos y desechables.

Pero seguían siendo arte. Hokusai se atreve a burlarse de su propio grabado incluyendo un  haiku, una forma de arte mucho más seria que el shunga, considerado arte marginal:

La pareja tontamente,
tratando de hacerlo como en el shunga;
se tuercen la mano.

Aún así, la intención de las imágenes es excitar, eso es claro por la importancia que se le da a los genitales, los colores que se utilizan para dar realce, y los poemas que adornan los márgenes del grabado:

Marido: Esta noche me siento particularmente bien, quizás por la luz de la luna.
Esposa: Yo también, ya he terminado cinco veces esta noche.
Marido: Tomemos un descanso y un traguito se sake.
Esposa: Sólo envenenarás tu cuerpo.
Marido: Tú eres más venenosa que cualquier sake.


Esta imagen me gusta mucho, si ponemos un poco de atención, hay un detalle de una pareja de ratoncitos que se excitan tanto al ver a la pareja del abanico, que deciden seguir su ejemplo.

Yo comparo el arte shunga con el cómic actual. 


martes, 3 de enero de 2012

Los dioses cachondos de Emilio Ávila Jiménez

La cultura griega y su mitología me apasionan. La mitología griega, además, está llena de violaciones, intrigas, cuernos, sexo consensual y zoofilia. Y no digamos de dioses contra diosas en el Olimpo, hablamos de transformaciones, hablamos de venganzas y de envidias.

Este libro trata sobre los "Revolcones eróticos de los dioses griegos". El libro es original del autor a pesar de estar fuertemente basado en la mitología griega. Esto quiere decir que el autor reescribe la historia, aunque se basa completamente en la tradición.

Zeus se transforma en toro, en cisne o en lluvia; Apolo, convertido en una inocente tortuguita acaricia los senos de las vírgenes y Poseidón lame los pies de las chicas que entran al mar.

Los grabados que acompañan esta edición son magníficos, los cuentos......bueno, no tanto. Las historias no tienen desperdicio, pero creo que "le faltó punch". Y no me malentiendan, por 85 pesos es una ganga, además que su inmediato éxito de ventas no me dejará mentir, se trata de un buen libro.

Adonis se marchó a cumplir su tiempo al lado de Afrodita. Para su grata sorpresa, la diosa del amor lo llevó a extremos de éxtasis que él jamás imaginó: si comentaba que las acompañantes de Perséfone perfumaban su cuerpo desnudo con aromas diversos, Afrodita le bañaba el cuerpo de dulce vino y después lo limpiaba con su cálida lengua; después lo invitaba a hacer lo mismo. Así descubrió que  beber vino en el ombligo de Afrodita podía llevarlo a la embriaguez de todos sus sentidos.

Los cuentos que incluye el libro son:


  • Adonis
  • Loa aloides
  • Dafne
  • Europa
  • Pasífae
  • Tea
  • Hipodamía
  • Céfalo y Procris
  • Cenis y Ceneo
  • Zeus
  • Hefestos
  • Galatea
  • Semele
  • Herse
  • Deyanira
  • Perséfone
  • Artemis
  • Atalanta
  • Atenea

La mayor parte, temas comunes y conocidos, pero algunos definitivamente rebuscados.

Si encuentran el libro sería casi un milagro, pero tengo la esperanza que Selector saque otro inmenso tiraje en vista del éxito que tuvo la primera edición.



Perversógrafo: Sexo vaginal, anal, oral, zoofilia, incesto, voyeurismo, infidelidad, BDSM, y montones de sexo místico.





Los dioses cachondos
Emilio Avila Jimenez
Selector S.A. De C.V.
México, Marzo 2007
ISBN: 9706439803
ISBN-13: 9789706439802
160 PAGS.