Dentro de la colección de Joaquín López Barbadillo, tenemos la obra de Mairobert, con el título "Anandria o la confesión de la señorita Safo. historia ingenua, rara y deliciosa de una libertina precoz y de una sociedad secreta de amor sáfico. Obra francesa anónima del siglo XVIII"
Tenemos un relato bien escrito e interesante, trata el tema del lesbianismo de un modo original: nos adentra en una sociedad secreta de amor sáfico que no sé si existió pero que amerita una película tipo "Ojos bien cerrados"
La historia forma parte de una serie de relatos picantes ambientados en París que se publicaban en entregas, los narradores se llaman "todo oidos" y "todo ojos". Nuestra historia comienza en la terraza de las Tullerías, donde vemos al padre de una jóven colérico maltratando a su hija, y acompañada por una madame y escoltados por la policía en lo que parece haber sido una trifulca.
Son presentados ante el juez, quien decide que el señor no tiene ya derechos sobre su hija por ser ésta independiente, piden a la madame que pague una multa por los gastos en que incurrió, pero el hombre rechaza el dinero y las abandona. La madame se retira con una amonestación y la chica que queda a contar su historia a los personajes antes citados.
Nuestra historia es acerca de una linda chica de 16 años, virgen, ingenua y caliente, que escapa de su casa porque no le gustaba el trabajo de campo, porque no tenía bellos vestidos y porque la reprenden al encontrarla calentando a su pequeña hermana.
Así que decide irse de puta, ayudada por una elegante señora quien la convence, blablabla, ya se saben la historia. Al encontrarse con que es virgen, y al descubrir un clítoris superdesarrollado, deciden venderla a una famosa tríbade que necesitaba una "alumna".
La llevan a un maravilloso palacio de un estilo griego clásico, donde la proveen de todo bien material para mantenerla contenta. La visten, la bañan, la peinan, la perfuman. Le limpian la cara, orejas, vagina y ano, le perfuman el cuerpo, le arreglan las manos, los pies y los dientes.
La clienta en custión es una hermosa mujer que odia a los hombres. Ella la introduce a los placeres femeninos, que se disfrutan toda una noche y no cansan ni satisfacen por completo.
Enseguida asistimos a una reunión del culto secreto, donde en una celebración tenemos al centro a la presidenta con su pupila, y a las "madres" iniciadas sentadas en círculo alrededor de ellas, cada una de ellas con sus pupilas de frente, piernas enredadas, frotándose.
Las Anandrinas le darán todo a nuestra chica, a cambio de que nunca tenga contactos de ningún tipo con los hombres. Aprende a leer, a tejer y la convierten en una persona instruida.
El servicio en el palacio era completamente femenino, pero obviamente no completamente homosexual, por lo que en una ocasión que una criada está platicando con su amante (un peluquero) acerca de la belleza de la nueva pupila, él queda con la duda y convence a la chica de que le permita ver a esa virgen gloriosa de quien tanto habla.
El le pide que le deje vestir sus ropas de mujer, y que de ese modo entrará en el palacio para hacer los mandados que ella tenía pendientes. Un día la deja en cama y escapa con sus ropas.De un modo u otro, pronto ya se está cepillando a la chica (ya habíamos dicho que era caliente)
...no tarda en volverse más audaz, cubre mi pecho de besos, coge mi mano y la lleva suavemente a ... ¡0h!, exclamé, ¡Oh!. Sin embargo, mi mano, como retenida por una fuerza magnética, no lo soltaba; ni siquiera para detener la suya, que iba avanzando y me devolvía las deliciosas titilaciones que yo procuraba el temerario, de suerte que ambos consumamos recíprocamente nuestro sacrificio juntos, pero con tal espasmo de mi parte que tuve un síncope. Tras recuperar pronto su vigor primero, él aprovecha mi estado para entrar por la ruta de la verdadera felicidad y asaltarme de un modo tan terrible que el dolor me vuelve a la vida: estaba a punto de gritar justo en el momento en que el placer hizo expiar mi queja en mis labios. Cuando, tras varios éxtasis repetidos, uno tras otro, tuve tiempo de recuperarme y hablar, quise saber quién era y cómo había urdido aquella estratagema...
Para su mala suerte, se embaraza a los pocos meses, la sirvienta descubre el engaño del peluquero y los delata. Los descubren y los echan a la calle. Se van a vivir juntos a pesar de que el peluquero no es la persona más estable de la novela. Tras un pleito con la ex-amante del peluquero, ella es internada en un reformatorio donde da a luz un bebé. Sale y vuelve a comenzar su vida. Se presenta con otra alcahueta en un prostíbulo, quien la instruye en el arte de la seducción de clérigos ancianos. La mujer era una viuda que aprendió el oficio mientras estaba casada con su marido, ya que teniendo éste buenos contactos con los eclesiásticos, toma la primer oportunidad de cepillarse a su anciano confesor hasta que lo mata de debilidad al cabo de unas semanas.
Ella queda viuda y amiga de altos prelados de la iglesia, quienes la comienzan a frecuentar. Le explica también el arte de la tortura y el azote dejándola que observe una escena donde ata a un clérigo y lo golpea mientras él se masturba.
La asignan al servicio de un anciano eclesiástico, quien la recluye en una "Petit maison" bastante pequeña y bastante discreta, le pone servidumbre y compañía, aunque básicamente la recluye en una cárcel debido a los celos y a la discreción que una persona de su tipo debe tener.
Resulta que el eclesiástico en cuestión había sido el más libertino de los hombre cuando era más jóven, y había dilapidado fortunas en sus juergas, rodeándose a su vez de jóvenes guapos, ricos y libertinos como seminaristas, quienes hacían las veces de compañeros de juerga. Al llegar a la senectud, nuestro eclesiástico "se arrepiente" y renuncia al libertinaje, para ser hombre de una sola amante.
Un día llegan a París cuatro sacerdotes, antiguos compañeros del eclesiástico, quienes "vestidos de civil" deciden investigar secretamente su nueva vida, mediante espías y propinas, consiguen dar con la casa donde vive nuestra heroína, se presentan como amigos del eclesiástico y tratan de conquistarla.
Ella se niega públicamente, diciendo que si no estuviera obligada a la fidelidad, con gusto los tomaría a los cuatro a la vez, pero que no podría traicionar la confianza de su bondadoso protector. Por separado, a cada uno lo cita la misma noche, con una hora de diferencia cada uno, pidiéndoles que no digan nada a sus compañeros. Los cita a las 7:00, 8:00, 9:00 y 10:00 pm, calculando terminar para las 11:00 que llega su protector.
El día en cuestión, recibe puntual al primero, un pelirrojo quien se la despacha la siguiente hora, hasta que suena la puerta a las 8:00. Ella le dice que el eclesiástico ha llegado, que huya a través de un pasillo dentro de su vestidor, pero él en lugar de huir, se queda a ver y divertido descubre el engaño. El segundo es un moreno que se la despacha la siguiente hora, hasta que vuelve a sonar la puerta, le pide que huya y se encuentra con sorpresa con el amigo, quien le invita a quedarse al espectáculo.
El tercer amigo es un narcicista a quien le gusta más la plática que la acción. habla mal de los amigos y se jacta de conquistas. Dice que está arrepentido y que quiere volver al buen camino, así que en lugar se seguir siendo el azote de madres y maridos, ahora se dedicará a las putas. y le dedica un rato hasta que dan las 10:00, en el que lleva un enorme provenzal. El provenzal había sido elegido porque, al ser de ésta región, estaba enterado de las maneras de Provenza, que dictaba otros caminos para los placeres. Habiendo practicado en hombres toda su vida, se le había quedado la costumbre ahora que militaba en el campo de batalla femenino.
Ella se niega coquetamente al principio, diciendo que si Diosito, que si el tamaño de la cachiporra; pero él le explica algunas cuestiones del catecismo, y con paciencia y salivita le da la enculada de su vida. Después de una larguísima hora de placeres (para él) e incomodidades (para ella) llega "el marido", apenas dándoles tiempo de arreglar la cama (que supongo ya tenía toda clase de fluidos y residuos) Él huye y se encuentra a toda la pandilla observando.
Como llega molesto por la tardanza en abrirle, comienzan a discutir (nunca discutas con una mujer con rozaduras) se arma la de "aquí ardió Troya", que si "nunca me sacas a pasear", que si esto. Los amigos no pueden soportar más y rompen a reir, rodando por el piso de la habitación.
Ella huye avergonzada, vuelve con su alcahueta y se queja del trato. No hay nada que hacer, ha sido despedida de nuevo, embarazada y usada. Curiosamente está muy contenta, porque en cuanto nazca el niño y se deshaga de él, su alcahueta, quien la sigue prostituyendo aunque esté embarazada, le ha prometido conseguirte otro galán con quien hacer fortuna.
¡En fin!...Una joya de mujer.
Perversógrafo: sexo vaginal, anal, lesbianismo, estupro, masturbación, voyeurismo, masoquismo, anticlericalismo, flagelación, infidelidad.
El cuadro lleva el título de "El sueño", 1866, Gustave Courbet
Bueno, no me llama mucho, tan manidaa estuvieron este tipo de historias...
ResponderEliminarSí, era lo que estaba viendo a medida que el blog crece, creo que debería separar las etiquetas en otras categorías:
ResponderEliminarAntiguos.- Antes del siglo 17, cuando la varierdad de los temas es mucha
Clásicos.- Siglo 17 al 19, enciclopedismo, filosofía, victorianos y demás temas repetitivos.
Picaresca.- Nuestros fantásticos escritores del siglo de oro
Manuales.- Libros que no son de literatura
Siglo XX.- Autores clásicos, surrealistas y todos esos anteriores a la revolución sexual
Modernos.- Aquellos que tienen una cadencia y una poesía, en mi opinión, a partir de finales de los años 70.
A mi si que me resulta interesante esta obra por varios temas. De la calidad literaria no puedo hablar porque la desconozco. Pero todo el asunto de las Anandrinas resulta realmente fascinante. La wikipedia habla de Mademoiselle Raucourt asociada a esta secta, pero no deja totalmente desvelado si las anandrinas existieron o no.
ResponderEliminarPor otro lado hay otro detalle que me ha llamado la atención y es cuando esa chica se cita con intervalos de una hora con cuatro sacerdotes. En cierta manera no sé si Dumas se inspiraría en esta obra o es pura coincidencia, pero a mí irremediablemente me ha venido a la cabeza la obra de Los tres mosquetores, cuando D'Artagnan se cita al principio de la novela con los tres mosqueteros para batirse en duelo, con intervalos creo también de una hora.
Lo de las Anandrinas yo tampoco he encontrado evidencia de que hayan existido.......pero sería excelente leer otra obra acerca del tema.
ResponderEliminarLo de D'Artagnan no lo había pensado, pero definitivamente en la literatura erótica hay un par de casos parecidos; no logro recordar si en el decamerón, o en el heptamerón o en los Droláticos de Balzac.