Monumento a Saikaku Ihara |
El papel del ejército es contenido gracias al lavado de cerebro: los samurais dejan de ser esos guerreros al servicio de sus señores feudales e inventan el bushido, el código de honor (camino) de los samurais. El samurai deja de pelear para seguir sus principios básicos (rectitud, valor, benevolencia, respeto, sinceridad, honor y lealtad) y en vez de usar la espada para dar golpes de estado, la usa para abrirse las tripas, eso sí, de una manera recta, valerosa, benévola, respetuosa, sincera, honorable y leal.
Los chonin ven con admiración al bushido y tratan de imitarlo en su vida diaria: respeto, honor, sencillez y todo ese rollo. En pocas palabras, ya no estamos en el Japón feudal; las clases medias están más allá de la pobreza alimentaria y comienzan a aburrirse. Para matar el tiempo, la aspiración máxima era "el mundo flotante" (ukiyo) una aspiración clasemediera de diversiones, placeres y elegancia.
Vamos entendiendo que en el Japón la sexualidad no es vista con ojos occidentales; a pesar de mantener cierta discresión, el sexo no escandaliza tanto; el sexo y la moda van de la mano, por lo que son vistos cuando mucho como cosas banales, pero aspiraciones legítimas. Ver una prostituta en la calle no escandalizaba, sino que movía a la risa o a la picardía; su forma de caminar era imitada por las damas elegantes para mover la imaginación de los hombres, simplemente eran cosas de las que no se hablaba porque no era serio.
Es en este mundo donde en 1648 nace Saikaku Ihara (Saikaku es un estilo de escritura, pero el autor lo adopta como apellido en 1673) en Osaka, un pueblo comercial en expansión gracias a los cambios mencionados, el comercio era la actividad a la que su familia de clase media debía su relativa prosperidad. Ihara tuvo varios Alias (bueno, obviamente también un nombre) en el transcurso de su vida artística, pero el más reconocido hoy en día es éste.
En su juventud se dedicó a la escritura de Haikus, donde fué reconocido más por la cantidad de poemas que escribió que por la calidad o profundidad de éstos. En 1675 muere su esposa y queda viudo a cargo de tres hijos, uno de ellos ciego, hijos de los que no sabemos mucho, salvo que fueron dejados en manos de sus asistentes. Ihara toma la tonsura budista y se convierte en monje secular. Hasta éste momento se dedicaba a la escritura de haikus y tenía su propia escuela, que ya había escandalizado por extravagante. Parece que para su escuela, era más importante la cantidad de haikus improvisados que la calidad de éstos.
Como monje mendicante viaja a través del Japón, donde conoce historias y obtiene material para su siguiente etapa como escritor; por todos lados se observa el hedonismo y el relajamiento de las convenciones morales. En las grandes ciudades se establecen "distritos del placer" con casas de té, actores y prostitutas de todos los rangos. Ihara comienza una serie de novelas y cuentos, llamados "del mundo flotante", llenas de descripciones de las casas de prostitución y los barrios licenciosos de su ciudad.
En el arte Shunga, los vestidos son parte importante de la imagen, ya que representan la clase social de los amantes |
El autor también toma un discreto tono misógino, con la idea de que el amor homosexual es más franco y más puro que el amor con las mujeres, que te puede llevar a la ruina. Es curioso el observar que en esa epoca, no hay personas homosexuales, sino actos homosexuales, un acto homosexual no te etiqueta como miembro de una comunidad homosexual, más bien es tu profesión y tu clase social la que te da el estatus.
¿Qué tiene de especial Ihara que merezca su propio literotismo? simplemente que es un escritor magnífico, que en una obra entretenida y de un erotismo refinado, nos regala la mejor crónica de éste particular período del Japón. Pudieran pasar por novelas costumbristas en nuestra latitud y época.
Los trabajos que se consideran "novelas del mundo flotante" son:
Kōshoku Ichidai Otoko, 1682: Hombre lascivo y sin linaje o Amores de un vividor
Kōshoku Nidai Otoko Shoen Okagami, 1684: El gran espejo de la belleza femenina o Hijo de un vividor, continuación de la anterior.
Kōshoku Gonin Onna, 1685: Cinco mujeres que amaron el amor o Cinco amantes apasionadas.
Kōshoku Ichidai Onna, 1686: Vida de una cortesana o Vida de una mujer galante.
Nanshoku Okagami, 1687: El gran espejo del amor entre hombres o Historias de amor entre samurais.
Además de haikus e historias eróticas, Saikaku dejó historias de samurais, historias chonin y otros trabajos de ficción. Saikaku fue en vida un escritor poco reconocido, aunque no ignorado. A finales del siglo XIX es rescatado por la nueva corriente del realismo en la literatura japonesa; hoy a través de sus escritos podemos comprender cómo se iniciaron algunas actitudes sociales del japonés moderno, su amor por la moda, la alegría de la experiencia erótica, etc.
De lectura amena, siempre es bueno buscar una edición bien anotada por un especialista, estos libros son una experiencia muy refrescante en la biblioteca.
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