sábado, 7 de enero de 2012

Katsushika Hokusai, cómico ¿involuntario?.

Las imágenes del arte shunga, han sido interpretadas en occidente como libros para novias ignorantes, sin embargo, en las imágenes del periodo cumbre, tenemos unos ejemplos que nos pueden hacer dudar de la verdadera utilidad de las estampas.

Estas imágenes podían comprarse en la calle (posiblemente en los barrios de placer) por el mismo precio que costaba un plato de fideos; eran más económicos que la más económica prostituta y podían usarse para inspirarte o masturbarte con ellos. Eran convenientes, bellos, económicos y desechables.

Pero seguían siendo arte. Hokusai se atreve a burlarse de su propio grabado incluyendo un  haiku, una forma de arte mucho más seria que el shunga, considerado arte marginal:

La pareja tontamente,
tratando de hacerlo como en el shunga;
se tuercen la mano.

Aún así, la intención de las imágenes es excitar, eso es claro por la importancia que se le da a los genitales, los colores que se utilizan para dar realce, y los poemas que adornan los márgenes del grabado:

Marido: Esta noche me siento particularmente bien, quizás por la luz de la luna.
Esposa: Yo también, ya he terminado cinco veces esta noche.
Marido: Tomemos un descanso y un traguito se sake.
Esposa: Sólo envenenarás tu cuerpo.
Marido: Tú eres más venenosa que cualquier sake.


Esta imagen me gusta mucho, si ponemos un poco de atención, hay un detalle de una pareja de ratoncitos que se excitan tanto al ver a la pareja del abanico, que deciden seguir su ejemplo.

Yo comparo el arte shunga con el cómic actual. 


1 comentario:

  1. Me encantan los Shungas, y la pareja de ratoncitos es genial!

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