domingo, 17 de octubre de 2010

Memorias de una princesa rusa de Katumba Pasha

Este libro está supuestamente tomado de un diario íntimo de una "princesa" rusa, y está ambientado entre 1796 y 1800.

La princesa Vávara Softa era hija del príncipe Demetri; era una hermosa jovencita de 14 años, malcriada como todas las aristócratas rusas de quienes leeremos y huérfana de madre.

Como el padre trabajaba en lejanas misiones, frecuentemente se quedaba sola. Cuando las comezones sexuales comienzan a picarle en la entrepierna, toma a su sirvienta Proscovia (Uno no tiene la culpa de cómo se llama) como ayudante y cómplice y se revuelca con un joven oficial al servicio de su padre, quien la desvirga. Su luna de miel dura alrededor de un mes; y aunque corría gran peligro de quedar desterrado a Siberia o caer bajo el knut, Pétrovich supo aprovechar el tiempo.

Resulta que Proscovia tenía un hermano llamado Iván, quien por celos alertó al padre que la joven tenía un amante. Si no fuera porque Pétrovich se esconde en un baúl, hubiera sido descubierto. Yo no me explico si estaba haciendo mucho frío o al tonto de Pétrovich se le olvidó respirar, el caso es que ahora nos tenemos que deshacer de un cadáver porque Pétrovich se muere, Iván está a la mano y es sobornable, así que es solicitado por Vávara y se le encarga el escatológico trabajo.

En recompensa a sus buenos oficios, Iván recibe una candente sesión con la princesa y posteriormente con su propia hermana, quien, amenazada con el knut, se deja hacer y hasta lo disfruta. Ahora todos eran amigos y del pobre Pétrovich ya nos olvidamos.

Después de mucha jodienda y variedades, Iván comienza a tener dinero y a jactarse en la taberna. En sus borracheras presumía de que su hermana era amiga de Vávara y que él le hacía favores sexuales a cambio de dinero.

Es tal su borrachera, que apuesta con sus seis amigos a que puede llevar a Vávara a la taberna para confirmar su historia, va trastabillando a buscarla y ella ve una buena oportunidad para limpiar su nombre. Acepta gustosa, se lleva a su criada, se pone una gruesa capucha y toma un preparado de alcohol fuerte con un somnífero.

Sólo legar a la taberna, tumba de la borrachera a Iván y se descubre ante los hombres, quienes le temen y la desean. Ella les hace un strip-tease, bebe con ellos, los desnuda y luego se los va despachando uno por uno entre sus piernas.

Tumba a los demás con el somnífero e incendia la taberna. Su nombre está limpio de nuevo.

Para no hacer el cuento largo, pronto siente de nuevo las comezones, encuentra un paje muy apuesto; en un tris ya es su nuevo amante. De Alaska se enamora y él le corresponde. El príncipe (padre de Vávara) muere dejándola a ella como heredera legítima de todas las propiedades, por lo que ella se arroja al desenfreno.

Un día, hurgando entre los papeles de su padre, descubre que Alaska es su hermanastro y el legítimo heredero , que su padre Dimitri estuvo casado en secreto antes de engendrarla a ella, pero ante su amor, no se decide a deshacerse de él.

Parece que Alaska había heredado la misma vena cachonda que ella, porque pronto ya lo tenemos participando en orgías, vestido de mujer, teniendo sexo homosexual, violando chicas, haciendo sandwichitos con su princesa y toda clase de divertidas porquerías.


Lo llevó a un diván, se puso a horcajadas sobre él y recibió hasta el fondo su falo robusto; en susurros le indicó a Alaska que se ocupara de sus nalgas y él, no del todo novicio en tales goces, o quizá sondeando por primera vez en esta ruta prohibida, se apresuró a complacerla. -Entra sólo hasta el portal, amado mío -murmuró Vávara volviendo la cabeza para hablar con el calenturiento paje, cuya arma, siempre lista, presionó ahora contra la estrecha entrada-. Que sólo el glande de tu querido capullo me atraviese. -Ahí estoy, pero apenas puedo contenerme para no empujar. -Goza esto, querido mío, estoy trabajando para ti... apenas soporto dos campeones como los que me están empalando... hago todo lo posible... ya... cielos, que sensación. -Ahora siento tus presiones, reina mía. Siento el músculo agarrándome poderosamente con una serie de deliciosos espasmos. ¡Ay, Vávara mía, qué placer! La cabeza, los hombros están ahí dentro, en tu funda secreta. El resto esta fuera, pero el deleite se transmite de cabo a rabo.

Un tiempo después, nos encontramos a Vávara como amante del Emperador Pablo y a Alaska nombrado Conde. Vávara tenía ahora una nueva diversión, el maniquí de un demonio que, con resortes y artilugios, podía usarse en lugar de un hombre y tenía pene intercambiable, así, tenemos a un proto-robot teniendo sexo con la princesa (aunque no queda claro si sólo se trataba de un elaborado disfraz).

Una noche, el emperador Pablo es traicionado y asesinado, mientras ella es violada. Al verse enredada en el asesinato, es obligada a casarse con uno de los asesinos, en parte por ordenes del nuevo emperador. El matrimonio es tan faso que siguen viviendo separados, ella disfrutando sus obscenos grabados japoneses y fornicando con Alaska y con ¡su zoológico! y él viviendo disipadamente en sus propiedades.

Al fin, Vávara descubre que querían silenciarla, así que se envenena y deja arreglado todo para que su esposo sea culpado y enviado a Siberia, mientras Alaska se convertía en el legítimo heredero de todo. El libro es crudo y directo, trata duramente temas políticos de la época, achacando toda clase de porquerías al emperador y a la aristocracia en general.

Para mí, pudiera tratarse se un diario con partes picantes al que se le añadieron capítulos de sexo explícito para hacerlo más interesante. Una buena novela de corte hardcore, corta e interesante en su temática. Una verdadera obra porno, con muchas orgías, con variedad de escenarios y situaciones extremas. Lo que le falta de historia, lo compensa que la novela es muy corta y se lee de un tirón.


Perversógrafo: sexo vaginal, anal, oral, violación, voyeurismo, trasvestismo, zoofilia, sadismo, incesto, seducción, tríos, orgías, homosexualidad, irrumación, juguetes sexuales, ¿autómatas?, satanismo.



Memorias de una princesa rusa de Katumba Pasha




3 comentarios:

  1. Hola Lepis:

    Pos así, de un tirón, me he leído los últimos posts (qué bien que conseguiste el número de Arquelogía mexicana).

    Y respecto al tema de los libros "rusos" sólo conozco la Grushenka, en una edición muy vieja y me quedé con la misma sensación: no está claro si son auténticos o panfletos occidentales (de buena o mala factura) pero textos hechos para denostar al régimen zarista.
    Ni hablar, ya algún erotómano ruso nos tendrá que aclarar el tema.

    Saludos,
    Jorge

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  2. BUENISIMO . TIENEN QUE ILUSTRARLO

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  3. Creo que nadie ha sacado el cómic.....nunca lo he visto.

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