miércoles, 22 de septiembre de 2010

Como agua para chocolate de Laura Esquivel

La comida puede influenciar en el estado de ánimo de una persona, cualquiera lo sabemos.

Ahora, éste libro va un poco más allá: el estado de ánimo de la cocinera puede influenciar el sabor de un platillo. El estado de ánimo de la cocinera puede influenciar a quien come un platillo, y puede ocasionarles enfermedad o ninfomanía. Cocinar y amar. Comer y fornicar. La cocina y la cama como los espacios a los que se restringía a la mujer. La cocina y la cama como los espacios en que una mujer se libera y rebela contra el mundo. Este es un libro interesante.

Laura Esquivel se dio a conocer en 1989 con el libro Como agua para chocolate (que en México se traduce tanto como "muy caliente" o "muy molesto") inmediatamente saltó a la fama, siendo traducida la novela a muchos idiomas, y posteriormente Alfonso Arau hace la película con un guión de la misma autora. Es una novela de realismo mágico, donde el deseo y el erotismo son el tema de fondo.
Escrito como un recetario de la tía abuela, cada capítulo nos muestra un platillo, pero como la buena cocina va unida a la buena plática, cada capítulo se desvía del tema y termina por contarnos una parte más de la vida de Tita de la Garza, una mujer que sufrió lo indecible por no tener a su lado al tibio hombre que fué el  amor de su vida.

Ambientada en el Norte de México (un lugar donde la mujer no es sumisa y se viven matriarcados) a principios del siglo XX, durante la revolución mexicana. Tita es la hija menor de la familia, por tradición familiar, le está destinado el futuro de hacerse cargo de su tiránica madre viuda, por lo que le está vetado el matrimonio, por lo tanto, según los estándares sociales, también le está vetado el amor.

Pedro pide la mano de Tita, pero se le niega y se le ofrece a cambio la mano de Rosaura, la hermana mayor (esta tradición sí existía, al contrario de la anterior) y Pedro acepta con la esperanza de permanecer junto a su amada. Rosaura representa a la mujer sexualmente reprimida, en su rol tradicional de sufrida y tiránica.

Tita, atrapada en la cocina familar en una función parecida a una criada, llora sobre la masa del pastel de bodas de su hermana, se supone que ese es un triste pastel, así que al final, todos terminan tristes, purgados y enfermos.

El tiempo pasa, Pedro le confiesa su amor a Tita y un día le regala unas rosas blancas. Ella las abraza con tanto gusto que las rosas se tiñen de rojo de la sangre enamorada de Tita. La madre, suspicaz, le ordena deshacerse del regalo, por lo que ella prepara un platillo especial para la cena de la familia: "Codornices con pétalos de rosa".

El plato resulta tan sensual para los comensales que algunos caen en un arrobo sexual, mientras la madre se enoja por la indecencia del plato. La hermana de Tita, Gertrudis, se excita tanto que corre a bañarse, el perfume de Gertudis invade todo el ambiente, cuando un soldado revolucionario la huele a la distancia,  corre a su encuentro con su caballo. El baño se incendia, y sale desnuda corriendo, para montarse en el capitán y salir huyendo. Pasa cuatro meses en un burdel antes de que su ardor sexual desaparezca.
Lo único que la animaba era la ilusión del refrescante baño que la esperaba, pero desgraciadamente no lo pudo disfrutar pues las gotas que caían de la regadera no alcanzaban a tocarle el cuerpo: se evaporaban antes de rozarla siquiera. El calor que despedía su cuerpo era tan intenso que las maderas empezaron a tronar y a arder. Ante el pánico de morir abrasada por las llamas salió corriendo del cuartucho, así como estaba, completamente desnuda. 
Para entonces el olor a rosas que su cuerpo despedía había llegado muy, muy lejos. Hasta las afueras del pueblo, en donde revolucionarios y federales libraban una cruel batalla. Entre ellos sobresalía por su valor el villista ese, el que había entrado una semana antes a Piedras Negras y se había cruzado con ella en la plaza. 
Una nube rosada llegó hasta él, lo envolvió y provocó que saliera a todo galope hacia el rancho de Mamá Elena. Juan, que así se llamaba el sujeto, abandonó el campo de batalla dejando atrás a un enemigo a medio morir, sin saber para qué. Una fuerza superior controlaba sus actos. Lo movía una poderosa necesidad de llegar lo más pronto posible al encuentro de algo desconocido en un lugar indefinido. No le fue difícil dar. Lo guiaba el olor del cuerpo de Gertrudis. Llegó justo a tiempo para descubrirla corriendo en medio del campo
Entonces supo para qué había llegado hasta allí. Esta mujer necesitaba imperiosamente que un hombre le apagara el fuego abrasador que nacía en sus entrañas. 
Un hombre igual de necesitado de amor que ella, un hombre como él. 
Gertrudis dejó de correr en cuanto lo vio venir hacia ella. Desnuda como estaba, con el pelo suelto cayéndole hasta la cintura e irradiando una luminosa energía, representaba lo que sería una síntesis entre una mujer angelical y una infernal. La delicadeza de su rostro y la perfección de su inmaculado y virginal cuerpo contrastaban con la pasión y la lujuria que le salía atropelladamente por los ojos y los poros. Estos elementos, aunados al deseo sexual que Juan por tanto tiempo había contenido por estar luchando en la sierra, hicieron que el encuentro entre ambos fuera espectacular. 
Él, sin dejar de galopar para no perder tiempo, se inclinó, la tomó de la cintura, la subió al caballo delante de él, pero acomodándola frente a frente y se la llevó. El caballo, aparentemente siguiendo también órdenes superiores, siguió galopando como si supiera perfectamente cuál era su destino final, a pesar de que Juan le había soltado las riendas para poder abrazar y besar apasionadamente a Gertrudis. El movimiento del caballo se confundía con el de sus cuerpos mientras realizaban su primera copulación a todo galope y con alto grado de dificultad.

Pedro y Rosaura tienen un hijo al que Tita cuida y cría con su propia leche, se supone que el niño era fruto del amor con Pedro. La madre comienza a sospechar de ellos y manda a Rosaura y a Pedro a vivir a Texas. Un mes después el niño muere de hambre.

Tita se vuelve loca de rabia, así que la mandan a vivir a casa del doctor John. Sólo recupera la cordura con un caldo que le cura el alma. En ésta epoca John se enamora de Tita, aunque nunca parece ser completamente correspondido. La pide en matrimonio y ella acepta.

La madre enferma, así que Tita vuelve a su casa para cuidarla. Toda comida preparada por Tita le sabía amarga, así que termina por morir, producto del envenenamiento con un vomitivo. Tita abre la castaña de su madre, y descubre que tuvo un amor secreto con un mulato, que su hermana Gertrudis es hija de ese adulterio y que su padre murió del corazón al saberse engañado. Tita llora de lástima al descubrir la historia del amor castrado.

Tita está por contraer matrimonio con John, cuando vuelve Pedro con Rosaura embarazada. Tita y Pedro comienzan a verse en el cuatro a oscuras. Un día nace Esperanza, la hija de Rosaura. Ella, por ser la hija menor, estaría destinada al mismo solitario futuro que Tita.

Tita se enoja tanto con su hermana, que la enferma inconscientemente al darle a comer sus guisos, porvocándole flatos y malos alientos. Tita rompe la relación con John al no saber si decidirse por Pedro o por él.

21 años después Esperanza se casa con el hijo de John. Tita, al fin a solas con Pedro, ahora viudo, prepara unos chiles en nogada con tanto amor, que todos terminan en un arrebato sexual, copulando por todo el rancho.

Pedro y Tita consuman su amor al fin, en el cuarto oscuro, como siempre. Pedro muere de la emoción y Tita queda tan sola y fría que se tapa con la colcha que había tejido durante tantos años, y que cubría todo el rancho. Come fósforos para calentarse hasta que su fuego interno no expresado enciende los fósforos y causa un incendio del que sólo sobrevive el recetario de cocina.

Esto es de lo mejor del erotismo mexicano y punto. Yo lo veo casi como un tributo a aquel cuento que abrió el erotismo a la literatura femenina en el México de los años 70: Lección de cocina, de Rosario Castellanos







Perversógrafo: sexo normalito, de buen gusto, infidelidad y deseo sexual al límite.



Como agua para chocolate
Esquivel, Laura
PLANETA
ISBN: 9706907483






Atrás a la semana de erotismo mexicano

7 comentarios:

  1. Hola.
    Planteando separadamente mi opinión acerca del libro en su conjunto. Estoy de acuerdo en que el texto tiene capítulos de buena coloratura, pero pensarlo como un libro erótico no me sabe bien.

    Eso que señalo le pasa, también a Gregorio Morales, en su Antología de la literatura erótica: incluye textos (el de la Esquivel, inclusive) como textos eróticos cuando yo creo que no lo son propiamente, ya que si evaluáramos si la intensión del escritor fue excitar (ó impactar eróticamente) a su lector con el texto en su conjunto creo que la respuesta sería negativa.

    No niego la carga erótica de ese pasaje o el de Tita y Pedro en el cobertizo (que me parece es el que cita Morales), pero de ahí a considerar Como agua para chocolate (o Nana, o el Ulises) un texto erótico hay mucha diferencia.
    Que el erotismo se concite en un texto me parece algo que puede (y debe) ser natural y requerido por el devenir de la trama y que, hoy día cada vez más, los escritores y editores se están dando permiso, evitando así mojigaterías y eufemismos. Vamos bien, vamos bien, pero el género merece un estante aparte ;)

    Pero, en fin, esto es sólo mi opinión.

    Recibe un respetuoso abrazo
    Jorge
    (oye y si por ahí tienes el texto de Rosario Catellanos en word o PDF o como sea, échamelo, ¿no?, porque el link no jala, y no lo conozco. Plis)

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  2. Estoy bastante de acuerdo con tu apreciación, el libro te puedes sentar a comentarlo con tu propia madre sin ningún rubor; en cuanto a las escenas no son tan subidas de tono ni su intención es causar erecciones o humedades.

    Y eso es frecuente en la literatura latinoamericana, donde el sexo se cuela de repente. Estuve a punto de no poner ésta reseña, pero el libro me gusta, y creo que tiene un elemento interesante:

    El tema de fondo, detrás del realismo mágico, detrás de la historia de los matriarcados en el norte de México, detrás de la novela de cuernos y desengaños telenovelescos, detrás de las recetas (algunas imposibles de cocinar, por cierto) Hay un tema de fondo y recurrente:

    Una mujer que siente una pasión erótica tan grande que su amante no la puede llenar ni sus prejuicios (en forma de su madre) pueden callar. Suena a Narrativa Romántica, en lugar de erótica; pero creo que está en la orillititititita.

    Ahora, por intención..........¿Los escritores eróticos escriben con la intención de excitar sexualmente? Los hay que quieren trasgredir, y los hay que quieren hacer reír.

    El día que yo descubra qué es lo que hace erótico a un relato, ese día dejaré de leer cochinadas y terminaré los libros que tengo años posponiendo leer.....espero nunca descubrirlo.

    Además, en defensa de ésta entrada, la siguiente entrada es de puras putas, así que hay que balancear un poquito :D

    Saludos

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  3. ¡Eso mi buen Lepis!, en algún momento pensé que podía molestarte el comentario, cuando lo que quería –y resulto- era suscitar una conversación sobre lo que puede o no ser considerado erótico. Gracias por tomar “por la derecha” el tema.

    No creas, aquel proyecto mío que mencionaba Pablo en mi blog tiene que ver con esas diferencias, que desde hace tiempo me rondan la cabeza.

    “Suena a Narrativa Romántica, en lugar de erótica; pero creo que está en la orillititititita.”
    ¿Dónde está esa orilla?, ¿Cuáles son las gradaciones de lo erótico?, ¿Boccaccio y Sade pueden alinearse juntos o necesitamos alguna distancia entre ellos?, ¿mejor hablamos de una literatura sensual?.
    Verás que al primer descuido que podamos conversar haré que la platica derive para allá.

    Y sí, yo creo que quien pretende un texto erótico si no es propiamente excitar lo que busca, por lo menos sí causar un impacto (que tenga que ver con lo sexual), en sus lectores, PERO con la obra en su conjunto.

    Lo demás, creo que lo podemos nombrar "erotismo en la literatura".


    Zas!
    Pos ái me leeré lo de las sepsoservidoras.
    Abrasivos,
    Jorge

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  4. No he leido el libro pero sí vi la película y me encantó.
    A mí sí me producen humedades algunos párrafos por ejemplo de García Marquez, o de Jorge Amado. Si tuviese que hacer yo una antología, no sé si los incluiría. Supongo que si abordan el tema sexual (desde la fantasía) como centro del argumento, han de ser incluidos,...

    Abrasivos, como dice Jorge.

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  5. Es que el tema tiene relevancia para mí, clasificador compulsivo. Inicialmente éste blog iba a contener esa clasificación que no puedo definir: Cómico/Erótico/pornográfico-carnal/Educativo/trasgresor/pícaro/etc.

    Yo comentaba con Susana Moo sobre su libro de "Eva, su manzana y el pecado" porque no hay carnalidad ni encueradencias ni mete-saca-mete-saca. Yo le decía que el libro es erótico, pero no le puedes poner cochinitos, no le puedes poner perversógrafo y si me excitó el libro no fue sexualmente.

    Pero no es Narrativa romántica, entonces......hay algo, tienes tarea para hacer y sacar un libro. :D

    Saludos

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  6. Coincido, coincido.
    Y sólo aventuro una suposición: estoy seguro, -con todo y que en las narraciones de Susana no hay “sexo explícito”, dirían los censores-que su intención sí fue provocar una reacción en los genitales de sus lectores.

    Lo que también es cierto es que los textos de Susana son desparpajados y de muy buen humor, y en la combinación de esos elementos y la sensualidad, varios de ellos son más pícaros que onanistas.

    Abrasivos, pa´ambos

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  7. Sí, sí aventuras bien Jorge. Mi intención es excitar - al menos en gran parte de los cuentos-, pero no directamente los genitales, más bien la fantasía sexual.

    Pero no me imagino a nadie leyendo "Eva,..." y bajándose los pantalones con urgencia, más bien yendo a acariciar el culo de la esposa. Moralizando, como Restif,je!

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