miércoles, 19 de enero de 2011

Erotika Biblion para macehuales (Mirabeau)

Pa' la raza, para los plebeyos, para los simples mortales internautas.

Pos que ya encontré uno.

Resulta que hace muchos años existió una persona que se llamaba Alfonso Reyes. Nació en mi ciudad en porfirianos tiempos, hijo del gobernador y cacique local Bernardo Reyes.

Este individuo, creció, se fue de la ciudad y sólo dejó un poema bastante ácido y pateahuevos para cualquier niño regiomontano haciendo la fila de las tortillas bajo el sol. A Ponchito le gustaban los libros, tenía chingos y chingos de ellos, lo cual a mí me parece excelente.

Un buen día, al papá de Alfonso Reyes se le ocurrió la peregrina idea de derrocar al gobierno democráticamente electo en México (1913), sólo para que lo mataran unos días después. Al poder sube el usurpador Victoriano Huerta y al hermanito de Alfonso se hace parte de ese odiado gobierno, así que Alfonso Reyes sale de México y creo que nunca vuelve a Monterrey.

El punto es que un dia se murió.......todito. Y dejó muchos libros........muchos. Al menos 26 mil. Por una cuestión que me cuesta entender, sus libros sí vuelven a Monterrey, se donan a la Universidad Autónoma de Nuevo León, institución que le hace una magnifica biblioteca en donde aprendí el arte de dormir entre clases aparentando leer.

La biblioteca Alfonsina tiene una sala dedicada al acervo de Alfonso Reyes....murales y fotografías de él, pero desafortunadamente un lugar impenetrable. Si intentas leer uno de los libros que pertenecieron al Poncho pasas por un cuestionario que te convence que eres menos que pelusa de ombligo, que apenas existes y por tanto no tienes porqué estar hollando el sagrado recinto, luego pasas por un detector de lápices y malas intenciones, te quitan todo lo que traigas, te dan una hoja de papel y un lápiz que debes devolver al salir y te vigilan que no tosas, toques, hojees o eches babas sobre los libros.

Bueno, ahora a alguien se le ocurrió digitalizar el acervo para ponerlo al alcance de la tropa y que ya no vayamos a la biblioteca; ese trabajo tardará años y quizás nunca lo terminen, pero tiene un agujero de seguridad (perfectamente legal) que podemos aprovechar para leer el libro; dudo que tengan interés en corregirlo, por lo que estará disponible un tiempo:

Bueno, ¡Ya!

Erotika Biblion; La pornografía en la biblia y en la antigüedad. Por Mirabeau

Prefacio.
Anagogia.
La Anelytroide.-La Ischa.
La Tropoide.
La Thalaba.
La Anandryna.
La Akropodia.
Kadhesch.
Behemah.
La Anoscopia.
La Linguomania.

Notas.
Notas.
Notas sobre la Anelytroide.
Notas sobre la Tropoide.
Notas sobre la Ischa.-Notas sobre la Thalaba.
Notas sobre la Anandryna.-Notas sobre el Kadesch.
Notas sobre la Anandryna.
Notas sobre la Akropodia.
Notas sobre el Kadesch.
Notas sobre Behemah.-Notas sobre la Anoscopia.
Notas sobre la Linguomania.
Parte 1.
Parte 2.


Allí lo tienen, el libro es una edición de 1905 de una traducción de Enrique Diaz Retg, quien recién murió en 1973, así que aún tiene derechos de autor.

Y antes que los abogados de las editoriales españolas quieran cerrar mi blog, les advierto que ese libro no está aquí, sino en un servidor de la UANL.

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