miércoles, 16 de junio de 2010

Memorias de Dolly Morton

Este anónimo del siglo 19, fué supuestamente traducido del francés en 1899, aunque la verdad no se puede saber si la versión francesa es anterior a la inglesa, ciertamente es una novela dirigida al público victoriano inglés, ávido de sexo, flagelaciones y estereotipos estadounidenses.

Se trata de un libro de fácil lectura, entretenido y con un tema de novela rosa. Fué editado por Charles Carrington, editor de novelas eróticas y de flagelación. Se supone que el editor tenía contratados escitores para sus ediciones, y que tenía una "mesa de flagelaciones" que por interesante que suene, se trata de una "línea de ensamblaje de novelas". Uno de sus empleados era Hughes Rebel, quien se supone puede ser el autor del libro, y aunque bien puede estar basado en una historia real, las fechas nos indican que no es una biografía en el sentido estricto.

La historia ocurre en 1866, poco después de haber terminado la guerra civil americana, un inglés está en un parque de Nueva York, después de haber viajado a Estados Unidos en un viaje de caza y pesca, esperando por el barco que lo volverá a Inglaterra, cuando "pesca" a Dolly Morton, hermosa muchacha de 25 años dedicada a la prostitución de lujo.

Después de revolcarse toda una noche, ella decide contarle por partes la historia de su vida (supongo que para que lo siga visitando y "pagando estacionamiento")

Dolly era una huérfana de madre, que en su juventud queda sin nadie en el mundo. Pronto hace amistad con Ruth Dean, una flaca señorita de 30 años con ideas anti-esclavistas. Deciden irse a vivir a Virginia para poner una estación del "ferrocarril subterráneo", es decir, un asilo clandestino para esclavos fugados, conectado con otros asilos similares para ayudar a los esclavos a escapar al norte.

Resulta que Dolly está un día en un campo disfrutando de la vida cuando un toro la comienza a perseguir; de pronto aparece un galán sureño (Randolph) que la salva y después de agarrar confianza intenta quitarle la ropa, pero ella huye.

Muy pronto llegan a la casa donde viven Dolly, Ruth y una sirvienta, un grupo de hombres que amenazan con lincharlas. Las amarran a una escalera y les dan una terrible flagelación, luego las amarran sin ropa interior a una basta viga de madera, donde sufren, lloran, gritan y gimen, para disfrute del lector.

Dolly se rinde a la tortura y acepta irse a vivir con el patrón de los tipos que resulta ser.........nuestro galán sureño. En casa de él, sube a un rango poco máyor a un mueble y poco menor a una amante; tiene poder sobre los esclavos, pero a la vez tiene restringida su libertad.

En ésta vida de vestidos lujosos, sábanas de seda, baños perfumados y elegantes cortinas, aprende a ser usada en todas las posiciones; nuestro héroe resulta un libertino sádico al que le excita la violencia y que se había repasado a todas las esclavas bellas, y ellas aún le agradecían el detalle.

Hay una interesante escena donde Randolph está leyendo Gargantúa y Pantagruel, y se inspira en un capítulo del libro para organizar una cena donde serán servidos todos sus amigos por esclavas desnudas (por cierto, esa escena no existe en el libro de Rabelais, donde las chicas estaban vestidas con gasas que dajaban adivinar sus redondeces)

En dicho banquete, hay platos exóticos, nalgadas y pellizcos, una carrera de mujeres desnudas "a caballo" sobre otras mujeres desnudas, etc

En otro capítulo, Randolph toma a Dolly desde atrás, vestida en pantalones mientras le da cintazos. O después de aplicar un terrible castigo a una esclava y dejarla ampollada, ensarta a Dolly por la excitación que la flagelación le causa.

Un día Randolph se va a la ciudad, llegan los soldados y Dolly se enamora de un Yankee y tienen unas cogidas de lujo.

Una vez roto el hielo, Franklin no se portó como un perezoso en el amor, me acarició las piernas, alabando mis formas, admirando mis bonitos zapatos y medias y tambien los finos encajes de mis calzones. No tardó en meter las manos debajo de las enaguas y, desatando los cordones de los calzones, me los bajó. Luego sus manos me recorrieron las asentaderas y no descuidó el lugar entre los muslos, sin embargo, no perdió mucho tiempo en estos escarceos y quedó preparado en un momento. Luego, levantándome las enaguas, me extendió las piernas y abriéndose camino con los dedos, insertó la punta de su miembro en el lugar, que estaba ya pronto para recibirlo.
Después, estrechandome en sus brazos y oprimiendo sus labios contra mi boca, suave pero firmemente introdujo hasta el fondo la flecha en mi cuerpo y con algunos vertiginosos movimientos de su cintura, empezó a poseerme con gran fuerza. Era ocho años mas joven que Randolph, de cuerpo más grande y mucho mas vigoroso; la fuerza del ataque casi me dejó sin aliento, en tanto que el tamaño de su arma distendía su funda en su mayor extensión.

Lo único que experimenté fue una sensación de intenso placer al ser poseída al fin por el hombre al que amaba. Todos mis sentimientos de voluptuosidad estaban excitados al máximo por la fricción de su enorme miembro en los pliegues del sensible lugar, así que no me retrasé en el combate del amor. Apretándolo contra mi pecho y envolviéndole la cintura con la piernas, salí al encuentro de cada una de las acometidas con la rápida elevación de mis posaderas. Aumentó la longitud de sus embestidas, su miembro pareció entrar mas profundamenete en mí. Al aproximarse el final de sus movimientos se tornaron cada vez mas rápidos en tanto que yo rebotaba debajo de él, arqueando la cintura, suspirando y gimiendo el el éxtasis del dolor voluptuoso.

Por fin con la última acometida terminó y se vació mientras yo movía las asentaderas convulsivamente y me retorcía hasta que hube recibido hasta la última gota de la ofrenda de mi amado.

Luego, dejando escapar un hondo suspiro de deseo satisfecho, me quedé inmóvil en sus brazos mientras él me besaba y acariciaba.

Convenientemente unos meses después Franklin muere en la guerra. Cuando va a enconrarse con Randolph a la ciudad, la asaltan tres hombres, la raptan y la violan repetidamente en la noche, por la mañana la liberan y se encuentra con Randolph, quien ya tiene una nueva amante.

Al final, Randolph decide huir a Inglaterra, y la abandona en el norte dejándole una buena suma de dinero y dándole una tunda de despedida mientras la disfruta. Tiene un final del tipo "y vivieron felices para siempre".

Una buena novela, de rápida y fácil lectura, con muchas flagelaciones y "sexo normalito". Tiene la virtud de tener una interesante trama costumbrista detrás.




Perversógrafo: Sexo vaginal, exhibicionismo, flagelación, tortura, sadismo, violación.

La imagen es de Dubut del comic Justine



Memorias de Dolly Morton
Anónimo
Noviembre 1987
La Sonrisa Vertical SV 56
ISBN: 978-84-7223-359-1
256 pág.


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