Escrito en 1351, "el Decamerón" está ambientado durante la epidemia de peste negra que azotó Florencia en 1348. La historia habla de siete mujeres y tres hombres jóvenes que se refugian en una villa en las afueras de Florencia. Para pasar el tiempo, cuentan historias que giran alrededor de el amor, la astucia y la fortuna.
El estilo es de historias es de Mise en Abyme o relatos dentro de otros, estilo que aparentemente copia de Las mil y una noches. No es aventurado decir que Boccacio conoció los clásicos persas.
Cada uno de los diez personajes sugerirá un tema para un día, y cada quien contará una historia, así hasta juntar las cien historias en diez días (decamerón = diez días)
Los temas, curiosidad en el medioevo, rara vez son religiosos, rara vez tratan de reyes, están ambientados en la mentalidad clasemediera y el hombre normal. Parece ser que el libro está dirigido al público femenino, o al menos así se deduce de las varias menciones.
Lo interesante para nosotros, es que gran parte de los cuentos (dos terceras partes) hablan del amor erótico desde el punto de vista del placer sexual. asi, aunque constreñido por el pecado y la moral, el punto de visrta del placer sexual es uno muy positivo para lo que uno esperaría de una novela de esa antigüedad.
-Rústico, ¿qué es esa cosa que te veo que así se te sale hacia afuera y yo no la tengo?
-Oh, hija mía -dijo Rústico-, es el diablo de que te he hablado; ya ves, me causa grandísima molestia, tanto que apenas puedo soportarlo.
Entonces dijo la joven:
-Oh, alabado sea Dios, que veo que estoy mejor que tú, que no tengo yo ese diablo.
Dijo Rústico:
-Dices bien, pero tienes otra cosa que yo no tengo, y la tienes en lugar de esto.
Dijo Alibech:
-¿El qué?
Rústico le dijo:
-Tienes el infierno, y te digo que creo que Dios te haya mandado aquí para la salvación de mi alma, porque si ese diablo me va a dar este tormento, si tú quieres tener de mí tanta piedad y sufrir que lo meta en el infierno, me darás a mí grandísimo consuelo y darás a Dios gran placer y servicio, si para ello has venido a estos lugares, como dices.
La joven, de buena fe, repuso:
-Oh, padre mío, puesto que yo tengo el infierno, sea como queréis.
Dijo entonces Rústico:
-Hija mía, bendita seas. Vamos y metámoslo, que luego me deje estar tranquilo.
Y dicho esto, llevada la joven encima de una de sus yacijas, le enseñó cómo debía ponerse para poder encarcelar a aquel maldito de Dios. La joven, que nunca había puesto en el infierno a ningún diablo, la primera vez sintió un poco de dolor, por lo que dijo a Rústico:
-Por cierto, padre mío, mala cosa debe ser este diablo, y verdaderamente enemigo de Dios, que aun en el infierno, y no en otra parte, duele cuando se mete dentro.
Dijo Rústico:
-Hija, no sucederá siempre así.
Y para hacer que aquello no sucediese, seis veces antes de que se moviesen de la yacija lo metieron allí, tanto que por aquella vez le arrancaron tan bien la soberbia de la cabeza que de buena gana se quedó tranquilo. Pero volviéndole luego muchas veces en el tiempo que siguió, y disponiéndose la joven siempre obediente a quitársela, sucedió que el juego comenzó a gustarle.
Las historias de basan en fuentes antiguas, facecias y leyendas europeas, pero la concepción profana del hombre y el tratamiento del cuerpo como algo alegre y positivo nos llevan a ver que la literatura en Florencia se adelantó cien años al renacimiento.
Los personajes de Boccaccio son seres comunes, defectuosos y desprovistos de cualquier valor noble, caballeresco o cortés, propio de una sociedad feudal. Destacan los ladrones, embusteros y adúlteros, y se enaltece su astucia, que les permite salir airosos de las situaciones descritas, a diferencia de la antigua concepción medieval, donde el protagonista o héroe de la historia poseía facultades inherentes a su ser, como la belleza o la fuerza, y asociadas siempre a la nobleza y la divinidad. Finalmente hay un leve sentido anticlerical en las historias
Tenemos maridos cornudos, tenemos mocetones violados por un convento de monjas, tenemos embusteros que se hacen pasar por otras personas para meterse en cama con cónyuges ajenos, inocentes muchachitas a las que le sacan el diablo por ciertos métodos poco ortodoxos, autocornudos y algún sodomita.
La idea medieval de la mujer como fuente inagotable de libido, proclive a caer en las tentaciones de la carne es algo bastante de moda aún.
Otro punto interesante es la audiencia hacia la cual va dirigida: no está escrita en latín sino en florentino. El autor hace explícito su deseo de que sean las damas quienes lean el libro.
Antes de la invención de la imprenta, el Decamerón ya estaba traducido al latín, al catalán y al francés. Hay un par de traducciones al castellano fragmentarias o incompletas. También es un libro que desde un inicio ha sido profusamente ilustrado.
A pesar de la bien cuidada prosa, el estilo es muy simple, los personajes son creíbles y las moralejas se dejan de lado para resaltar el lado irónico o cómico. La obra maestra de Boccaccio fue inspiración para obras como El Heptamerón de Margarita de Navarra, las Cent Nouvelles Nouvelles, Los cuentos droláticos de Honoré de Balzac e incluso Los cuentos de Canterbury de Geoffrey Chaucer.
En Españas, después de que Voldemort muere, las ediciones del Decamerón se reproducen en castellano, muchas veces con poca calidad. Este es un libro muy fácil de conseguir en las librerías de viejo.
Perversógrafo: Sexo vaginal, adulterio, voyeurismo, sodomía, masturbación, violación anticlericalismo.
El Decamerón
Giovanni Boccaccio
Grupo Editorial Tomo
2006, México
EAN: 9789707753723
ISBN: 9789707753723
622 págs.
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