viernes, 28 de junio de 2013

Kung Fu(ck)

Cuando yo era pequeño (y de allí sacarán fácilmente mi edad) solíamos ir a la matinée con mi padre; frecuentemente veíamos películas de karate y kung fu; género recuperado en años recientes con películas como "el tigre y el dragón". Era una delicia corretear por aquellas enormes salas de cine fingiendo ser karatekas durante el tiempo que duraba el intermedio en que mi padre nos dejaba para comprarnos unas palomitas y saciar su placer secreto del domingo: un chocolate con arroz tostado que le hubiera causado un regaño de mi madre, quien los domingos se quedaba en casa a descansar de nosotros.

Esta semana estaba invirtiendo uno de mis escasos ratos libres en leer una basura pornográfica tardeochentera, cuando tropecé con una magnífica escena de comicidad involuntaria........se las comparto:

Un cuerpo desnudo de mujer se precipitó a la charca. Su figura se reflejaba en el agua ofreciendo un color blanquecino, coronado de un rubio como el oro y Goemon no dio crédito a sus ojos. Como si respondiera a su llamada, la fláccida verga se le endureció de repente mientras el resto de su cuerpo seguía helado. La joven se inclinó sobre el agua, salpicándosela por el cuerpo mientras sus generosos pechos caían hacia adelante, balanceándose, acariciando con los rosados pezones la superficie de agua. Irguió la espalda y percibió la figura inmóvil de Goemon, al que reconoció al instante, lo que provocó que su mirada languideciera. Vio aquella verga erecta y se ruborizó de tal manera que sintió un calor en la cara que le fue descendiendo hasta los senos. Los pezones, encogidos por lo fresca que estaba el agua, adoptaron un color rosáceo oscuro y comenzaron a hincharse. Vio entonces la espada desenfundada, que él llevaba todavía en la mano y, lanzando un grito, se escapó corriendo.

Su actitud hizo que Goemon diera un salto.
—No te vayas —le gritó con desespero.
Debido a su estado de confusión, le gritó en japonés, persiguiéndola por un bosque de bambú en el que ella se había internado huyendo de él.
Okiku se había despertado perezosa cuando Rosamund la dejó para ir a bañarse. Contemplaba abstraídamente el cielo sin pensar en el futuro. Finalmente, se desnudó y se dispuso a unirse a Rosamund en el baño. La imagen de aquel hermoso cuerpo extranjero hizo que se le encendiera el vientre y se le humedeciera la entrepierna. Se retorció los dedos, ante la idea de lo que iban a hacer durante y después del baño, contemplando diferentes posibilidades.
De repente oyó el grito de un hombre y el pavoroso chillido de Rosamund. En un abrir y cerrar de ojos, desenvainó la espada que tenía en un lugar oculto y corrió apresuradamente en la dirección de donde procedían los gritos.
El hombre que perseguía a Rosamund estaba completamente desnudo y sus intenciones eran obvias, dada su desnudez. Sin pararse a considerar los ruegos del hombre que decía: «No por favor, espera...», Okiku cargó sobre él, tratando de propinarle un golpe certero y homicida que le rebanara la cabeza.
Goemon tuvo suerte de que, a pesar de estar concentrado en otras cosas, sus reflejos fueran buenos y gozara además de una excelente condición física. Rechazó el golpe de Okiku con su propia espada y, de repente, ella se le echó encima. Cayeron al suelo, cada uno sosteniendo la mano en la que el otro tenía la espada, Okiku tenía mucho nervio y había aprendido en una escuela de lucha que no era peor que la de Goemon. La lucha era equitativa. Okiku le agarró con una pierna alrededor de las caderas y rodaron por el suelo, buscando cada uno un momento de debilidad de su contrincante. Estaban apretados el uno contra el otro y la erección de Goemon no cedía sino que, por el contrario, comprobó sorprendido que aumentaba. De forma instintiva la embistió, y Okiku, cuyo sexo se había lubricado cuando pensaba en Rosamund, no opuso resistencia, succionando aquel pedazo de carne de Goemon que entraba en su gruta.
Mientras las partes superiores de ambos cuerpos luchaban enconadamente, las partes inferiores se enzarzaron en una batalla no menos virulenta. Goemon empujaba lujuriosamente con la esperanza de hacer llegar al clímax a su oponente antes de que él lo hiciera. Okiku oprimía su gruta cada vez que él se salía de su interior. Ambos sabían que el primero en correrse sería el perdedor y probaría la espada del oponente; ya fuera durante los estertores del orgasmo o en el posterior estado de extenuación en el que se sumergirían.
Ambos respiraban agitadamente, sin rendirse al otro, luchando con sus cuerpos. Estaban cara a cara, ceñidos entre dos gruesos troncos de bambú, sin olvidarse de sus mortíferas armas, aunque la batalla en la que estaban enzarzados no les daba margen de maniobra.
Oyeron confusamente los distantes sollozos de Rosamund al tiempo que aceleraban el movimiento de caderas, acaso estimulados por ese sonido que tanto significaba para ellos. Los embistes se hicieron más cortos y violentos y por entre los dientes emitían un silbido. Elevaron el pecho y de nuevo lo dejaron caer, y el sudoroso contacto de sus cuerpos desencadenó en ambos un clímax simultáneo.
Goemon, que sentía en la verga el inicio de los espasmos, sabía, como el hombre que se aclara la garganta antes de hablar, que iba a morir. Movió violentamente las caderas hacia fuera, sin ya importarle. Sucumbió a la intensidad de aquella sensación al tiempo que por el interior de la verga fluían corrientes intermitentes de caliente esperma.
Okiku no pudo soportar por más tiempo aquella presión y aunque sabía que podía correrse de nuevo una y otra vez, no ignoraba que el hombre que estaba en su interior era un luchador experimentado y que aprovecharía cualquier momento de debilidad como el que ahora..., comenzó a sentir. La humedad de su coño se desató, al correrse frenéticamente mientras gemía de placer y de pena por Rosamund y por su propia vida.
Extracto de Los placeres del samurai, de un tal Akahige Namban


No suelo incluir en los literotismos imágenes demasiado vulgares, pero creo que en esta ocasión está más que justificado. Miren esta maravilla del cine moderno:



Kung Fu Sex from Costas Pent Xelidonopsaro on Vimeo.








viernes, 21 de junio de 2013

Mi vida secreta, el gran anónimo victoriano


Este libro me intrigó mucho tiempo; es un libro tan extraño que no me ha sido sencillo hacer el literotismo. No es extraño en el sentido literario; sólo es pornografía; del tipo húmeda, gráfica y mayormente vaginal, jejeje. Victoriano, pues.

Lo intrigante va en el sentido de quién escribe una extravagancia pornográfica en 11 volúmenes cuando existe una prohibición y duras penas para quien imprimiera pornografía en Inglaterra. No sólo quién, sino ¿para qué?.

Se escribe literatura erótica como una forma poética, como manuales para los no iniciados, como propaganda política o para ganar dinero. Otras razones para escribir pornografía existen: la diversión del escritor y la excitación del mecenas, pero no suelen ser comunes ninguna de las dos.

Mi vida secreta es una autobiografía anónima de un tal Walter, radicado en Londres de 1880, que parece tener infinitos recursos económicos y una potencia sexual asombrosa. Walter, a lo largo de 11 tomos, describe un maratón sexual con apenas unas pinceladas de otra cosa que no sea sexo.

Impreso en Amsterdam (país con un vacío legal para la pornografía) entre 1888 y 1894, se hicieron (supuestamente) sólo 20 copias del libro, que se vendieron en la enorme suma de 60 libras esterlinas; que a costo actual equivaldrían a unos 6,000 dólares americanos, 4,700 euros, 82,000 pesos o 32 millones de kwachas......aún así no es negocio.

Se supone que el millonario Henry Spencer Ashbee pudo haber sido el escritor, o en su defecto, el mecenas del proyecto. Aún así, Walter no es mas que un personaje ficticio, ya que aunque pudiera haber sido viable su existencia, no hay pruebas documentales de que Henry haya llevado a cabo las proezas que se imputa él mismo. "Todo comenzó por diversión", diría en el prefacio de la obra.

Yo pienso que el buen Henry tenía amigos igual de cochinotes que él, yo creo que él era uno de quienes publicaba la revista "La Perla" y que conocía a un selecto grupo de erotómanos. Resulta que por la misma época se hizo otra obra monumental: "The romance of lust", traducida al Español como "La novela de la lujuria", que supuestamente fue escrita por un selecto grupo de erotómanos millonarios que la escribían por rondas hasta tener una gran obra monotemática. Henry Spencer Ashbee consideraba esta obra como inferior, y se supone que pudo haber querido demostar ser un mejor escritor con "Mi vida secreta"

Vírgenes, voyeurismo, lesbianismo, sadomasoquismo, puritanismo; todas fantasías sexuales escandalosas para la moralidad victoriana; en tan solo un millón de palabras. En el libro, se dejan ver las diferencias de clases sociales y la pobreza de las prostitutas que son orilladas al trabajo, aún cuando, de un modo machista se dice que ellas lo disfrutan.


No hay visión más exquisita y voluptuosamente incitante que la de una mujer bien formada, sentada o tumbada, desnuda con las piernas cerradas, oculto su coño por los muslos y sólo indicado por la sombra proveniente de los rizos de su toisón, que se espesa al acercarse a la parte superior del Templo de Venus, como si quisiera ocultarlo. Entonces, a medida que sus muslos se abren suavemente y la raja en el fondo de su vientre se abre ligeramente con ellos, aparece el crecimiento de los labios, surgen el delicado clítoris y las ninfas, se ve el incitante tinte rojo de toda la superficie y el conjunto queda enmarcado por cabello rizado, suave y brillante mientras que por los alrededores no hay sino la carne suave y marfileña del vientre y de los muslos, que le proporcionan el aspecto de una joya en su estuche. Los ojos del hombre nunca podrán descansar en un cuadro más dulce. [...] ¿Hay alguna otra cosa en este ancho mundo comparable con un coño? ¿Cómo puede un hombre dejar de sentir curiosidad, deseo y encanto en él?
En esos momentos mi cerebro gira con visiones de belleza y placer, pasadas, presentes y futuras. Mis ojos cubren todo el espectáculo desde el culo hasta el ombligo, el coño parece investido de una belleza seráfica y ser un ángel su poseedora. Por eso incluso ahora puedo contemplar los coños con todo el júbilo de mi juventud, y aunque haya visto mil cuatrocientos desearía ver mil cuatrocientos más.
Sobre la fisonomía de los coños y las capacidades para dar placer creo que sé tanto como la mayoría de los hombres. Fisionómicamente pueden dividirse en [seis] clases, pero un coño puede compartir las características de una, dos o más, especialmente por lo que respecta al desarrollo de clítoris y ninfas. Los clasifico del modo siguiente: 1) coños perfilados limpiamente; 2) perfilados con bandas; 3) labiados con volantes; labiados finamente; 5) de labios llenos, y 6) respingones



Esta es una novela picaresca y posmoderna; una muestra de que la tenacidad y la suerte pueden vencer los obstáculos creados por las clases sociales, la modestia y el dinero....en una versión muy a lo Charles Dickens..........pero pornográfico.


Perversógrafo: Sexo con 1400 mujeres en todas las maneras y combinaciones posibles, mas algunos cuantos hombres y muchachos. Sólo falta sexo anal porque nuestro héroe se desmaya cada vez que penetra a alguien por el ano.







Mi vida secreta
Anónimo
Tusquets Editores, La Sonrisa Vertical 129
Abril 2006
ISBN: 978-84-8310-462-0
656 pág.


domingo, 2 de junio de 2013

La obra maestra de Aristóteles, "el famoso filósofo"

¿De veras a Lepis "ya se le botó la canica" y nos va a hablar de filosofía?

Realmente no, yo suelo hablar de filosofía cuando estoy extremadamente etílico y tengo a mi alrededor gente igualmente intoxicada a quien le parece interesante (o cómica) mi plática. Mi estado filosófico es corto y precede por unos minutos al momento en que me subo a una silla a recitar poemas a los cenzontles y al menudo de Sonora y a los diputados.

Lo que yo tengo es un gusto por los libros extraños, así que cuando encontré este me dije: "este libro lo deben sufrir los inexistentes lectores de mi blog". ¿Qué es? no es mas que un manual higiénico sobre sexo y embarazo ¿Qué tiene de especial? que es antiguo y desconocido en la actualidad. ¿Quién lo escribió? Eso sí quién sabe, pero las primeras ediciones datan de 1680, y en 1735 fue cuando obtuvo su forma final.

Este libro contiene la descripción mas o menos fiel de los órganos sexuales masculino y femenino; explica la cópula, la virginidad y la manera de llevar a cabo un embarazo exitoso. Lo interesante aquí es que es un libro ilustrado con bastante acierto.

El libro circuló cientos de años, se trata de todo un best-seller; se supone que a pesar de que estuvo prohibido hasta los años 60 del siglo XX, las madres lo compraban para sus hijas casaderas y que los muchachos se masturbaban sobre él.......digamos que fue el youporn de la época.

El libro es muy informativo: dice que los bebés están en el útero unos once meses, que toser o estornudar puede evitar la concepción, que si tienes sexo con tu perro el niño se parecerá al de la imagen superior, que el sexo durante la menstruación produce nacimientos "monstruosos" o, genial idea, que el poder de la imaginación en el momento de la concepción es una fuerza tan poderosa que estampa una idea en la criatura que se está engendrando, por lo que los hijos de una adúltera se pueden parecer al esposo, o pueden salir etíopes aunque sean del marido.

El libro no tiene sexo; ni demasiado interés, pero parece ser que en su tiempo tuvo mucha más influencia de lo que su desconocimiento actual nos puede hacer suponer. Muy curioso que un libro tan conocido en su época cayera al olvido.........son muchos los libros (mayormente eróticos) que hacen referencia a este curioso manual ilustrado.

Bueno............ya les dije. ¿Qué mas?......nada. Si alguien le quiere echar un vistazo, lo encuentran acá.