martes, 29 de noviembre de 2011

El amor es ciego de Boris Vian

¿Qué sucedería si una niebla afrodisíaca cayera sobre nuestra ciudad? Una niebla que huele a chabacano, que no permite ver absolutamente nada y que hace que los sonidos tengan una claridad y una melodía de enamoramiento.

Orvert Latouile se despertó tras trescientas horas de sueño etílico y se encontró que la ciudad no se podía ver más. Decide, como todo el mundo, prescindir de ropas e irse por la ciudad a caminar. Se da cuenta que es continuamente asediado por mujeres que quieren restregarse contra todo hombre que encuentren en el camino.


—¿Seguro que es usted una mujer? —continuó Orvert.
—Compruébelo usted mismo —le contestó ella.Se habían aproximado el uno al otro, y el hombre pudo sentir contra su mejilla el contacto de unos cabellos largos y sedosos. Ahora estaban de rodillas y de frente.
—¿Dónde encontrar un lugar tranquilo? —preguntó Orvert.
—En el centro de la calzada —dijo la mujer.  Lugar hacia el que se dirigieron, tomando como referencia el bordillo de la acera.
—La deseo —dijo Orvert.—Y yo a usted —dijo la mujer
—Mi nombre es...
Orvert la cortó.—Me da lo mismo —dijo—. No quiero saber nada más que lo que mis manos y mi cuerpo me revelen.
—Proceda —le animó la mujer.
—Naturalmente —constató Latuile— va usted sin ropa alguna.
—Igual que usted —respondió ella.Dicho lo cual, se estrecharon el uno contra el otro.
—No tenemos ninguna prisa —prosiguió la mujer— Comience por los pies y vaya subiendo.A Orvert le extrañó la proposición. Se lo dijo.—De tal manera, podrá ser consciente de todo —explicó la mujer— No tenemos a nuestra disposición, como usted mismo acaba de constatar, más que el instrumento de investigación que significa nuestra piel. No olvide que su mirada no puede atemorizarme. Su autonomía erótica se ha ido al traste. Seamos francos y directos.
—Habla usted muy bien —dijo Orvert.
—Leo siempre Les Temps Modernes —informó la mujer—. Venga, comience de una vez con mi iniciación sexual.
Cosa que Latuile no se privó de hacer reiteradas veces y de diversas maneras. Ella mostraba indudables condiciones, y el terreno de lo posible es muy amplio cuando no hay temor a que la luz se encienda. Y además, eso ya no se usa, después de todo. Las enseñanzas que le impartió Orvert a propósito de dos o tres truquitos nada desdeñables, y la práctica de un empalme simétrico varias veces repetido, acabaron infundiendo confianza en sus relaciones.
Y allí llevaron, de tal modo, la vida sencilla y regalada que hace alos humanos semejantes al dios Pan. 




Al cabo de un tiempo, la radio anunció que los sabios estaban constatando una regresión regular del fenómeno, y que el espesor de laniebla aminoraba de día en día. Como la amenaza era de consideración, se celebró gran consejo. Muy pronto se encontró una alternativa, pues el genio del hombre nunca deja de sorprender con sus mil facetas. Y cuando la niebla se disipó, según indicaron los aparatos detectores especiales, la vida siguió felizmente su curso pues todos se habían hecho saltar los ojos.


El Lobo Hombre
Boris Vian
Tusquets Editores
2009
ISBN: 9786074210323
236 pags.


sábado, 26 de noviembre de 2011

Sonetos Lujuriosos de Pietro Aretino Parte 2



Soneto IV

-Tienes un buen rabo, bello y grande.
Venga, si me amas, déjame ver.
-¿Quieres probar a verga mantener
conmigo encima y metida por delante?

-¿Que si quiero probarlo? ¿probar tu pozo?
Mejor que comer o que beber agarro.
-¿Y si así tumbados, luego te desgarro
y te hago daño?. -Piensas igual que el Rosso.

Vamos, ponte en la cama o en el suelo
sobre mí, que si fueses Marforio
o algún gigante, más disfrutaría el vuelo.

Pero alcanza la médula y los dentros
con esta verga tuya tan venerable,
que hasta protege a los coños de los vientos.

-Abre bien la cosa.
Puede que se vean por ahí mujeres
mejor vestidas, mas no las gozan.


Soneto V

-Levanta bien la pierna, vida mía
quítame ya la mano del carajo,
y si quieres que te haga un buen trabajo
el culo has de mover, reina, a porfía.

Y si mi verga ves que desvaría
Y se te va por el postrero atajo,
Calma, que no tiene ojos el badajo,
Calma y disculpa su trapacería.

--¡Por el cielo! Gran locura en mí fuera
soltar ahora este ariete, y no apuntarle
donde tenerle siempre bien quisiera.
Que de dejarte por detrás colarle

Tan sólo tu persona gozaría,
Y sin goce yo habría de aguantarle.
Cumple, pues, bien, o vete de mi lado.
--¿Irme sin ver y hacerte ver el cielo?
No haré, aunque pecador, tan gran pecado.



Soneto VI
Porque yo quiero para mi un buen trabajo
que los labios del coño me hagan rollo,
desearía yo misma ser toda coño,
mas quisiera que fueras tú todo carajo.

Porque yo coño y tu carajo has sido
tomaría yo del coño la función,
 y de mí serías tú deleitación
y te haría sentir como carajo vivo.

Más ser yo toda coño no pudiendo,
ni tú convertirte todo en carajo,
toma este coño deseoso y ardiendo.

Y toma tú mi pequeño carajo
en buena voluntad y a él jodiendo
confia, y yo te confiaré el badajo;

y entonces mi carajo bello
deja ir todo con el coño:
carajo y coño, como tu sueño.


*Estoy respetando el orden y los dibujos de la edición de 1550; edición de la que no se conservan el soneto 5 ni el 6, que los he tomado de otras fuentes. igualmente los grabados los tomé de una reproducción de los de Agostino Carracci, muy posteriores.

martes, 22 de noviembre de 2011

Púrpura profundo de Mayra Montero

Leda de Lukas Kandl 
¿Qué vas a hacer con tu vida el día que llegue tu jubilación? Es muy fácil decir que tomarás las pantuflas, el chocolate y la bata y te irás al sillón a terminar de leer todo lo que no has leído en estos años.

Mayra Montero tiene otra respuesta para Agustín, su personaje: un escritor de reseñas musicales de un periódico, en mi opinión un desagradable tipo que nunca ha amado a su mujer y no soporta a sus nietos: se dedicará, al menos por un tiempo a darle gusto a un ex-compañero Sebastian, y redactar las memorias de su intensa vida erótica, con especial cuidado en la descripción de sus encuentros homosexuales.


El protagonista y narrador pocas veces estaba en su casa, su esposa sabía de sus continuas infidelidades pero parece no importarles, su relación no se basa en el enamoramiento, ellos se apoyan mutuamente de manera incondicional; mientras él busca el erotismo en otras piernas, bocas y caderas.

Agustín entiende el amor como entiende la música; sabe que uno es inseparable del otro y se enamora de una manera intensa y física; hasta que duele emocionalmente. En su repertorio hay variedad: la violinista Virginia Tuten, mulata caribeña con quien lleva una relación tormentosa, como si fueran un par de adolescentes con sus problemas estúpidos y su casi sadomasoquismo.

Está una bonita relación con Clint Verret, uno de los pocos personajes del libro a quienes se les puede tener aprecio. En mi opinión Agustín se aprovecha sexualmente de Verret, al menos en un principio, para caer después locamente enamorado de él y terminar como buenos amigos.

Agustín se enamora de músicos, principalmente mujeres, y llega a comparar al sexo con ese compás que debe seguir cualquier músico, conquistar al músico equivale a dominar la música y poseerla.


      Me arrodillé frente a ella y le pedí que extendiera las manos; sólo quería saber si alcanzaba con ellas el teclado.
      –Ahora –sollocé–, ¿puedes tocar?
      Echó su cuerpo hacia delante, sólo las puntas de sus nalgas descansaban en la banqueta, y yo, sentado ya en el suelo, hundí la cabeza entre sus muslos.
      –La danza... –suspiró–, ¿vuelvo a tocarla?
      El confite, toda la miel del mundo, estaban allí, bajo mi lengua, y las manos de Alejandrina Sanromá tocaban a despecho de mi voracidad, pero también a despecho de su locura. Se había vuelto loca y de Chaikovski saltó a alguna otra pieza que no fui capaz de identificar. El ruido de sus gemidos se entremezclaba con las campanitas de la celesta, y en el momento en que la sentí venir, la oí golpear el instrumento, lo aporreó con furia. Alejandrina dejó de tocar y sollozó largamente, puso sus manos sobre mi cabeza –sobre mi rostro de duende confitado– y fue calmándose poquito a poco.
      Me incorporé y le chupé los pezones. Ya no me importaba que en aquel estudio no hubiese un sofá, ni siquiera una butaca. La empujé suavemente hacia el suelo y me tendí sobre ella. Nunca había tenido bajo mi cuerpo un cuerpo tan delgado, pensé que no me gustaban las huesudas. Pero me equivocaba. Los huesos de Alejandrina empujaban mis propios huesos, sobre todo a la altura de las caderas, y la sensación que me produjo aquel duelo me llenó de un regocijo macabro: éramos dos esqueletos batiéndonos a muerte, tratando de rompernos el uno contra el otro, trozándonos a ver cuál de los dos se deshacía primero.
      Levanté las piernas de Alejandrina y las retuve en alto con mis manos antes de adentrarme brutalmente en ella. Ésa iba a ser la estocada final, el golpe de gracia para un montoncito de carne que, tocado por la varita de un hada, estaba a punto de convertirse en polvo luminoso. Alejandrina chilló, y si yo no lo hice con la misma intensidad fue porque me abrumó en ese momento la dicha de haber recuperado la pasión, que no es otra cosa que la sensación de nacer y morir en un segundo, y renacer sabiendo que ya nada te podrá matar.
      Yo era inmortal, prácticamente invencible cuando me retiré del cuerpo de Alejandrina Sanromá. Tropecé con la celesta antes de poder llegar a la mesa para encender la lamparita. Alejandrina estaba inmóvil, tendida en el suelo, y yo busqué entre mi ropa un pañuelo. Volví a su lado y le enjugué la entrepierna como si le enjugara unas lágrimas.
      Nos vestimos y fuimos a cenar. Alejandrina no bebió una gota de licor, nunca bebía, pero parecía borracha. Me rogó que fuéramos a su casa y le advertí que lo iba a lamentar. Se lo advertí con malicia y me respondió que no le importaba. Que lo único que deseaba esa noche era lamentarlo todo, impacientarse por todo, llorar de ganas de llorar. Quería que la tomara al derecho y al revés, a la buena y a la mala, de golpe y sin aviso y sin misericordia. Enrojecí, nunca había conocido a una pianista, virtuosa o no, tan deslenguada. Alejandrina deliraba en voz baja, pero pensé que, aun así, desde alguna mesa cercana la podían oír. Tomábamos el postre y le confesé que me gustaba mucho. Ella tembló dentro de su vestido negro: una cerrazón tan anegada y bruja como el sendero de su propia sangre.


Con Manuela Suggia tiene una relación abusiva, con Alejandrina tiene sexo rápido y a lo loco y así se va todo el libro, entre descripciones de lo que la música significa para él y relaciones dominantes con extrañas mujeres que amamantan murciélagos.

Lo interesante de este libro es que no es erótico por su carnalidad, sino que la carnalidad surge de una historia, que a su vez es el medio para adentrarse en el mundo melómano del narrador. Sin embargo, para Agustín, sus memorias son lo único que le queda.

Púrpura profundo obtuvo en febrero de 2000 el XXII Premio La sonrisa vertical.


Sexo vaginal, oral, anal, lesbianismo, homosexualidad, sadismo, masoquismo, lesbianismo,




Púrpura profundo
Mayra Montero
Tusquets Editores
La Sonrisa Vertical SV 112
España, Marzo 2000
ISBN: 978-84-8310-681-5
176 pág.

sábado, 19 de noviembre de 2011

El papiro de Turín



Aquí tenemos un extraño "kamasutra egipcio". El arte egipcio es muy seductor para nosotros porque los cánones de la belleza de aquel entonces están bastante en sintonía con los cánones actuales. Sin embargo hemos de reconocer que el arte egipcio no es especialmente inclinado al erotismo.

El papiro de Turín es un rollo de 2.59 metros de longitud de la época ramésida (1292-1075 AC) que fue encontrado en la zona de Tebas (Deir el-Medina). Casi la mitad del rollo tiene dibujadas escenas en las que diversos animales aparecen en actitudes humanas: Conduciendo un carro de guerra, jugando al "ajedrez", etc.

El resto del papiro tiene una serie de escenas sexuales muy explícitas, con acoples de todo tipo y de todos sabores. Parece que se trata de prostitutas profesionales, y los hombres se repiten en algunas de las escenas. Acoplamientos acrobáticos y miembros enormes.

Los textos no aclaran demasiado lo que vemos; los textos son abiertamente pornográficos, donde las chicas piden que les hagan tal o cual cosa, animan a los hombres o gritan de placer. El papiro está muy deteriorado, pero se trata del único ejemplo extenso de arte erótico del antiguo Egipto; el resto se trata de poesías y leyendas.

Doce viñetas sexuales de aventuras de hombres de mediana edad y bellas prostitutas en lo que parece ser el interior de una casa de placeres. El tipo y la variedad de posturas sexuales hace pensar en que no se trata de un ritual, sino simplemente de placer.

Ahora, ¿Qué es lo particular del papiro de Turín? Casi todo el arte erótico egipcio se encuentra en ostracas, fragmentos de cerámica o piedra, y tienen más la forma de grafitos con los acoples que el artista imagina en sus ratos onanistas. Es muy común la representación del sexo anal, quiero pensar que porque no era una práctica muy común y por tanto era algo deseable.

Pero este rollo está hecho de papiro, un elemento muy costoso, y tiene la mano de un artista, algo que no estaba al alcance de un bolsillo común; los colores: rojo amarillo y verde eran costosos, aunque no pertenecían a la realeza, como el azul. Para más misterio, la producción de papiro estaba estrictamente controlada por la élite, así que sólo eran usados en documentos oficiales o religiosos; un papiro podía costar un año de salario.......¿porqué representar escenas cómicas y eróticas sobre algo tan costoso?

No hay un referente contra qué compararlo. Sin embargo hay algunas cosas interesantes: No hay un esbozo, el dibujo está hecho directamente sobre el papiro, lo que pudiera ser que el artista tenía experiencia previa y que esas representaciones fueran comunes como guías sexuales para la realeza.

También pudiera tratarse de un deseo; se supone que si uno quería cumplir su deseo, hacía siete o doce representaciones de él para que se convirtiera en realidad; en el papiro hay doce escenas sexuales, por lo que pudiera ser la materialización del deseo del artista.

Para más misterio hay una referencia que nos puede arrojar más misterio sobre este papiro o sus hermanos gemelos: el autor árabe Ibn Jaldun el Libio en el siglo VIII D.C., cita a un escritor romano que cita a un autor griego, probablemente del siglo II A.C. que dedicó su obra a comentar las costumbres sexuales de lo egipcios. Curiosamente, ocho de las descripciones de acoples sexuales, están descritos en el papiro, por lo que es probable que no se trate de un ejemplo único.



Erotismo y sensualidad en el antiguo Egipto
El-Qhamid y Joseph Toledano
Ediciones Folio
Barcelona, 2006
ISBN 8441321531
168 pags.

martes, 15 de noviembre de 2011

Sonetos Lujuriosos de Pietro Aretino Parte 1

Pietro Aretino compuso unos groseros poemas para una serie de grabados de Marcantonio Raimondi en 1527. De los grabados originales sólo se conserva el primero, pero aquí un ejemplo con reproducciones posteriores:







SONETO I
-Amémonos sin tasa ni medida
puesto que para amar hemos nacido
adora mi gorrión cual yo tu nido
pues sin ellos ¿valdría algo la vida?

Y si aún luego de ésta extinguida
fuese posible amar, bien querido,
a gritos pediría el bien perdido
para seguir gozándote todavía.

Gocemos cual lo hizo regiamente
la primera pareja de mortales
bien aconsejados por la serpiente.

Que nos perdieron por amar, se dice
blasfemia son dichos tales
que sólo a quién no ama satisface.

-Pues calla y ama y también, ¡castigo!
Calla y méteme hasta los pendones
jueces de amor y del amor testigo.




SONETO II
-Méteme un dedo en el culo, viejote
e híncame la verga poco a poco, luego
alzándome esta pierna haz buen juego.
Luego menéate con rebote.

Que a fe mía esto es mejor bocado
que comer pan tostado junto al fuego.
Y si no te place la higa, cambia luego
que no es uno hombre si no es malo.

-Quiero hacerlo en el coño una vez,
y esta otra en el culo: la verga en coño y culo
me hará a mi feliz, y a vos beata y feliz.

El que quiere ser un gran maestro está loco,
pues no es más que un pajarito pierde tiempo
que en todo menos en follar se solaza.

Que la palme en el palacio
el cortesano, esperando que su rival muera,
que yo en darme a la lujuria solo pienso.





SONETO III
-Esta verga quiero yo, y no un tesoro.
Ella es la que procura la dicha,
digna de una emperatriz es esta picha;
esta gema vale más que un pozo de oro.

Ay de mí, socorro polla, que me muero.
Trata de enfundarte en la matriz,
más al fin, la verga pequeña se desdice
si en la crica quiere actuar con decoro.

-Señora mía, es verdad lo que bien decís:
que quien tiene poca verga y folla en coño,
merecería un enema de agua fría.

Si es corta, que folle por el culo noche y día,
pero si es despiadada y fiera, como la mía,
que se desahogue siempre con los coños.

-Cierto, pero tanto nos deleitamos
con la polla, y tan divertida nos parece,
que ese obelisco delante y atrás perece.

sábado, 12 de noviembre de 2011

El sueño de la mujer del pescador


Una de las obras maestras del arte Shunga. Se trata de un grabado a colores del artista Hokusai, creada en 1814.

La función del grabado es meramente decorativo, está basado superficialmente en el cuento de Taishokan, una mujer que recupera una valiosa joya del fondo del mar que había sido robada por un demonio. Muchos grabados de la época eran acompañados por textos al margen de las imágenes; textos que recreaban poemas clásicos o que hacían la función de los diálogos en las historietas de hoy en día.

Una mujer es acariciada, chupada oloquesea por un enorme pulpo y un pulpo mas pequeñito. Contra lo que pueda parecer, ella no está muerta o dormida, sus manos muestran que está en tensión y probablemente en éxtasis. Su cabello en desorden indica lujuria. El pulpo grande le hace un cunnilingus mientras el pequeño la besa y le acaricia un pezón. Me parece muy particular esto último, ya que ni la desnudez ni los pechos son erógenos en el arte Shunga.

A pesar de que los grabados eran hechos en serie, y eran piezas económicas por lo mismo, tenemos al margen esos pequeños garabatos escritos a mano que le dan sentido a la obra. En esta en particular dice (eliminando los ruidos de succión y onomatopeyas de éxtasis):

Pulpo grande:
Me preguntaba cuándo llegaría la hora del rapto, pero ese día ha llegado. Al menos ella ya ha caído en mis tentáculos. Y digan lo que digan, es un coño de lo más rellenito y apetecible. Aun más que una patata. Primero chupar hasta saciarse, y luego llevármela al palacio del rey Dragón, y hacerla prisionera.(montones de onomatopeyas de succión, besos y lamidas)


Mujer: (susurrando)
¡Ah!, este pulpo odioso, chupando la piel de la boca interior de mi útero hasta dejarme sin aliento, ¡que me corro! Con su boca prominente provoca mi vagina abierta. ¡A ver! ¿Qué diríais si ocho piernas os abrazaran? Oh, está hinchándose adentro, las secreciones rezuman como agua hirviendo. Siento cosquillas, una tras otra hasta perder la cuenta, límites y barreras desaparecen… Ya estoy… ¡Me corro! ¡Me corro! (montones de onomatopeyas de gozo, jadeos y respiración entrecortada)


Pulpo pequeño:
Cuando mi pariente(¿padre?) haya acabado, también yo usaré mi boca para restregársela desde su clítoris hasta su culo hasta hacer que se desmaye, y cuando vuelva en sí, volveré a hacérselo, je je.

¡Malvados pulpos!

En la historia original, la heroína logra rescatar la joya cortándose un pecho y escondiéndola debajo.......en la ilustración se puede ver una especie de cicatriz bajo el pecho de la chica, quien logrará huir de los monstruos.....muy a su pesar, según se deduce del texto.


PD.- Vuelvo al sillón


No he terminado de poner en orden las sinopsis de mi biblioteca erótica, pero lo que me queda por comentar no es suficiente para mantener el ritmo actual del blog.

Llega la hora de volver al sillón con la almohada y el libro, tomar un ritmo más mesurado y entregar literotismos mejor redactados.

Lejos de mí la temeraria idea de dejarlos sin su dosis de erotismo literario, sigo publicando ejemplos cortos y fragmentos escogidos de literatura erótica de todos los tiempos, pero como ven, en un formato que me toma menos esfuerzo y con el cual todos nos seguiremos divirtiendo.

Menos perversógrafo, menos cochinitos, pero aquí seguimos con ejemplos simpáticos o interesantes de erotismo literario.... y por supuesto libros de vez en cuando.

martes, 8 de noviembre de 2011

Sade Ilustrado

Hoy que existen tantas ediciones económicas (y no) de las obras del marqués de Sade, uno se pregunta porqué dichos libros no incluyen las imágenes originales de la primera edición. La razón es bastante simple: La calidad de las estampas que acompañaban las ediciones holandesas de 1797-1801 son pobres y no aportan mucho al texto. Cada uno de los cuatro tomos de Justine y de los seis tomos de Juliette tenía diez grabados que éste económico librito imprime al doble de su tamaño original. 

Según el recopilador, el libro no trae las imágenes en orden (para mí, las imágenes están en un orden aceptable) y por lo tanto se pueden usar para entretenerse localizando la escena del grabado en el libro. Esta clase de entretenimiento es de bastante mal gusto, pero "haygentepató".

Yo digo que son documentos importantes para los estudiosos; traen curiosos grabados para los huevones que no quieran leer el libro y necesiten darse una idea del contenido. Los grabados son algo grotescos, pero no son repugnantes como las novelas, creo que el hecho de que la mayoría de las víctimas sonrían hace las escenas menos fuertes y más cómicas......vamos a pensar que las víctimas sonríen en lugar de gritar por una cuestión de estética griega arcaica y no por falta de pericia del grabador.

Para los amantes de la sangre y el trancazo, recientemente Bizancio Ediciones acaba de imprimir de nuevo Justine y Juliette de Raúlo Cáceres en edición bajo demanda sólo accesible en línea. Aunque se vea atractivo, de este lado del Atlántico ya no es costeable el precio.

Si yo viviera de aquel lado del charco, sin duda mi elección sería la salvaje versión de Raúlo Cáceres, en donde las víctimas al menos lloran y se quejan en lugar de sonreír.

Mientras tanto, yo me quedo con mi librito chafo en formato económico.







Sade Ilustrado
Anónimo
Editorial Distribuciones Fontamara
México, 2004
EAN: 9789684764118
ISBN: 9684764111
144 pags.
País: MEXICO

sábado, 5 de noviembre de 2011

La historia del rey Gonzalo y de las doce princesas de Pierre Louys

Los libros de Pierre Louÿs tienen la particularidad de venir en dos sabores distintos: Por un lado tenemos su obra "seria" con una elegancia y una sensualidad al extremo, con una increíble belleza. Por otro lado tenemos su obra pornográfica: pequeñas piezas que recreaban sus obras serias, pero de una manera grosera y desvergonzada.

Cuando hablo de grosería, hablo de una elegante grosería, hasta que lees a Louÿs nunca se te ha ocurrido que hay un modo elegantísimo de decir cochinadas.

Louÿs escribía estas....cosas para sí mismo, en privado. Estas obras poseen una fijación casi enferma por el sexo anal con jovencitas, por las niñas diciendo groserías y por el sexo pedófilo. Las muchachas suelen actuar como prostitutas, dicen lo que una prostituta de bajo presupuesto diría, pero  con una elegancia que sólo se logra con años y años de educación.

Este libro en particular "dicen los que dicen que saben" que está basado en otro libro de Louÿs llamado "La historia del rey Pausole", aunque como no lo he leído, no tengo elementos para afirmarlo o negarlo.

El rey Gonzalo tiene doce hijas de 8 a 18 años: Prima de 18, Secunda de 17, Tertia de 16, Quarta y Quinta de 15, Sexta de 14, Séptima de 13, Octava de 12, Nona de 11, Décima de 10, Puella de 9 y Párvula de 7 y medio...digo, tampoco era cuestión de partirse la cabeza.

Al darse cuenta que todas sus hijas tienen picores en sus partecitas (no muy) pudendas, decide internar a la reina en un convento para poder iniciar a sus hijas en un insano despertar sexual.....o para participar de el insano despertar sexual de sus hijas...o para despertar insano participando sexualmente con sus hijas....o lo que sea.  Sus hijas son muy vírgenes de sus coños, pero muy lesbianas y se insertan toda clase de cosas en sus anos.

Aunque el rey muestra una clara preferencia por las hijas menores, es de agradecer que la diosa sexual del relato sea Prima, la mayor. Prima es viciosa y seductora.


—….¿Qué es lo que mejor conoces?
Prima le rodeó el cuello con los brazos y le susurró al oído:
—Esta noche, lo que mejor conozco es el modo de excitarte.
—¿Es eso una ciencia?
—Conseguir que se ponga tiesa una picha sin tocarla es todo un arte. Es un arte de cuya experiencia carezco, pero cuyos secretos conozco a la perfección. Es, en suma, el Arte del Amor.
—Demuéstramelo.
—Tengo toda la noche.
—¿Cuántos secretos hay en el amor?
—Conozco un millar de ellos, e inventaré muchos más. Claro que los secretos de amor no se dicen en ningún otro lugar que no sea la cama...
El rey empezaba a comprender que la mayor de sus doce hijas era demasiado lista para él. Prima se percató de sus pensamientos y, sabiendo que una enamorada no debe intimidar a aquel a quien desea seducir, se acostó sobre la colcha, atrajo al rey y, en un abrir y cerrar de ojos, se desvistió sin apenas dejar entrever sus encantos, pues se tendió sobre él, cuerpo contra cuerpo, mostrando tan sólo sus pechos pero hacién dole sentir todo lo demás.
—Prima, eres demasiado hermosa —afirmó el rey—.No podré permanecer durante mucho tiempo en el estado al que me has llevado.
—No temas nada. El primer secreto del amor es conseguir estar excitado. El segundo es conseguir dejar de estarlo.
—Eso me parece más prudente.
—No, no, me siento segura de mí. Me amas ya lo suficiente como para dejar de mi cuenta la dosificación de tu placer. Acabas de decirme que soy demasia do hermosa, aunque apenas si has visto mi rostro. Pues bien, será eso lo primero que vas a desvirgar: mi rostro.


Las pequeñas son unas graciosas desvergonzadas con gusto por lamer las axilas, los anos, los menstruos y los orines.


Dominada todavía por el dolor, Séptima quiso sonreír para decir, en tono aún más quedo: 
—¿Tan puta como tú? 
—No.Todavía os queda mucho... 
—Pero ¿cuando una virgen tiene un mango como éste en el trasero...? 
—Eso demuestra que es virgen. 
—¿Y cuando el mango es el de su padre? 
—Eso es una prueba de amor filial. 
—¿Y cuando el mango de su padre acaba de salir del culo de su bollera... 
—Entonces la pobre bollera es, además, cornuda. —¡Qué descaro!¡Resulta que la cornuda soy yo!


El rey se reduce a dejarse conducir, como si fuera el silencioso camarógrafo de una película. El libro no contiene sexo vaginal, situación que viene a ser una burla: las chicas deben proteger su virginidad para conseguir un buen marido.

Al final hay un par de relatos interesantes; particularmente me llama la atención uno que se llama "La muestra", sobre una fantasía anal con una prostituta que no cobra sus servicios.


Hizo que me tumbara cuan largo era y se agachó sobre mi miembro con mil precauciones, hasta que el glande quedó situado exactamente bajo el ano.
—No estoy mojada, ¿lo ves? —dijo—. Pero no te preocupes, no te haré daño. Y, dejándose caer con suma habilidad, se tragó la punta del miembro y apretó violentamente el esfínter un poco más arriba.
En cuanto sentí la opresión de aquel músculo caliente, no pude contenerme y mi semen fluyó a borbotones en el intestino, mientras ella continuaba excitándome el miembro con enloquecedoras contracciones.
Su culo me chupaba como una boca. Jamás había gozado de un modo tan doloroso.
—¡No te aflojes! —exclamó cuando hube expulsado el último chorro—.Apenas hemos empezado.
Y, haciendo descender su grupa, se empaló sentada encima de mí. Toda mi verga estaba sumergida en su interior. Entonces, puso en movimiento la totalidad de su musculoso y rosado trasero, que yo veía subir y bajar con una indescriptible excitación. Apoyaba los puños en la cama y su cuerpo ascendía y descendía cada vez más rápido, sin soltar en ningún momento mi miembro, que era engullido y vomitado precipitadamente.


Este es un típico libro pornográfico de Louÿs, es de agradecer que el relato sea tan corto y que no muestre pedofilia heterosexual a detalle. Se puede entender de manera muy simple: no era un libro para publicarse; se trata de una fantasía onanista del autor.



Perversógrafo: Lesbianismo, masturbación, coprolalia, sexo anal, oral, en las axilas, juguetes sexuales, urofagia, escatología, pedofilia, exhibicionismo, voyeurismo, tríos, incesto, juguetes sexuales.





La historia del rey Gonzalo y de las doce princesas 
Pierre Louys
Editorial La Máscara
Malditos heterodoxos
Valencia, 2000
ISBN: 84-7974-433-2

martes, 1 de noviembre de 2011

Me gustan sus cuernos de Antonio Elio Brailovsky

En noviembre se celebra en México el día de muertos; a principios del mes suele aparecer en la cartelera de los teatros "Don Juan Tenorio", el de Zorrilla o alguna parodia política de éste, obras de tonos festivos para alegrar la vida de quienes nos hemos de morir un día, pero que mientras despachamos desde este lado del cementerio.

No puedo hacer un análisis literario de algo tan complejo como el mito de Don Juan Tenorio, aunque me encantaría poder hacerlo. A cambio les ofrezco un comentario del último libro que he leído. He quedado muy gratamente sorprendido con este libro; no tanto por el tema, muy a tono con el "día de muertos", o por su erotismo, indiscutiblemente bello; sino por el estilo.

El autor en definitiva es un amante de la literatura y quiso hacer un homenaje (erótico) de los distintos estilos literarios: la novela de caballería, Don Juan Tenorio, el Quijote, el Conde Olinos, el Cid campeador, la Lozana Andaluza, la Odisea, La Biblia y el Corán, las 1001 noches, la Novela policiaca, la erótica y la de suspenso.

Si un error comete el autor es el nombre del libro; en una colección de literatura erótica, un autor hispanohablante que habla de "cuernos", nos trae a la mente la infidelidad conyugal consentida....y bueno, puede atraer lectores "de especialidad" que se decepcionen y alejar a lectores comunes que seguramente sabrían disfrutar literatura erótica sugerente.

La historia policiaca que contiene las otras historias es bastante chafa. Yo creo que intencionalmente chafa, es como la venganza del género erótico (considerado menor dentro de la narrativa) contra el género de la novela policiaca (chafo salvo excepciones, aunque de mejor reputación)

Unos albañiles, mientras hacen un trabajo de reconstrucción en los muros de una antigua iglesia,  encuentran un pergamino con las actas de un juicio del Santo Oficio del siglo XVII; el escribano parece ser Tirso de Molina, quien efectivamente ocupó un cargo similar, y nos desvela una investigación sobre el siniestro origen del mito de Don Juan.

El sacerdote manda analizar el pergamino con Laura, una experta, quien le dará un dictamen de la autenticidad, valor e importancia de dichos documentos.

La narradora, llama "Don Juan" a éste hombre, diciendo que debe mantener en secreto la identidad verdadera de dicha persona dado el alto pedorraje de sus descendientes y su influencia en la política, los negocios la religión y todos los demás supuestos poderes fácticos que supuestamente dominan al mundo, al pensamiento y a todo lo que se nos ocurra.

La novela tiene más anticlericalismo que un blog sobre libertades políticas, posición que sale sobrando a mi parecer, pero cada quien escribe lo que se le hinchan los huevos.

Personalmente, yo disfruté mucho la lectura del testimonio de la primera mujer del libro; una supuesta prostituta hechicera que confiesa haber conjurado al mismo demonio (Don Juan) para que le diera saciedad sexual:

Satanás en cambio, me abrazaba y me envolvía con sus alas, cobijándome y protegiéndome con esa ternura viril que a vuestras mercedes les falta. Sus alas son tibias y la caricia del ala unmensa en torno de mi cuerpo me daba un goce como jamás pudo darlo mano alguna. ¿Ay señores jueces, lo que es sentirse dentro de esas alas!....
Con los ojos que tiene en el falo, dice ella, me miraba por dentro "tiene completamente rojo el guardainfante", me decía, "Me recuerda a mi casa. Ya la conocerás".
Y mientras me penetraba por delante, también dábamela por detrás con la punta de su cola. Cuando yo comenzaba a gemir, clavada por delante y por detrás, él me acariciaba la punta de los pechos con sus cuernos, y después abría las alas y los dos nos alzábamos en el aire hasta que me desmayaba en sus brazos.

En capítulos subsiguientes nos narra cómo el Cid Campeador ganaba batallas ya muerto con el gigantesco pene en alto;  recrea la relación de Don Juan con Doña Inés, cuenta la verdadera historia del Conde Olinos, quien para obtener el favor de la amada tuvo que vencer sexualmente a doce contrincantes amorosas a quienes engaña en un ardid lésbico a 26 manos y 13 bocas.

Tenemos la historia de los Angeles que llegan a destruir Sodoma, y cómo rodeados de tanto placer, se dejaron llevar y compartieron el sexo angelical, que es magnífico.

En un largo capítulo, nos hace un batidillo muy divertido: una mujer que parece ser Aldonza, la protagonista de "La Lozana Andaluza de Francisco Delicado", está dando su testimonio ante el Santo Oficio, pero ella no habla en contra de Don Juan, sino de un tal Miguel Saavedra, quien está preso y algo loco por los fantasmas sexuales que se le aparecen.

Miguel, para liberar su tensión sexual, ha estado escribiendo una novela, una novela tan fantástica que la impresión ha corrido por cuenta de un personaje local, un tal Alonso, quien se ve reflejado en el escrito. Todos los días se junta la multitud en el burdel local, donde una puta desnuda lee la historia, y donde cada quien en el pueblo trata de identificarse con un personaje. Resulta que todos ríen al descubrir que Aldonza está retratada en Dulcinea.

Don Juan llega para explicarle a Aldonza una fantasía extravagante que la hará sentir bien, que la hará excitarse y entregarse al burlador: En realidad ella es un princesa raptada a una familia pobre, pero que merece toda la felicidad que su nacimiento le otorga y blablabla.

El libro nos dice que el atractivo de Don Juan no es su verga, sino su lengua; Don Juan es aquel que envuelve a las mujeres en sus cuentos, que las enaltece y las hace fantasear sobre ellas mismas, hasta que se entregan; a ellas no les importa a quién se estén entregando, aunque siempre existe la sospecha de que aquel hombre es el demonio, ellas gozan de él y después son abandonadas y condenadas a la hoguera o al sambenito o a la vergüenza pública.

Al mismo tiempo, en la vida real (la novela policiaca) el sacerdote y Laura han comenzado a sentir excitación sexual espontánea e incluso atracción el uno al otro, al tiempo que han recibido amenazas en forma de escritos y en forma de balas.

No les cuento más.........un libro con sus altas y sus bajas; yo lo he disfrutado mucho, pero reconozco que si no eres apasionado de la literatura, te quedarás con una mala novela policiaca con un erotismo apenas sugerente, y con la dificultad de saber quién está narrando en el momento. 

Este libro obtuvo un premio de "La sonrisa vertical", premio que ya había sido otorgado a otros títulos que hacen gala de distintos estilos literarios, "Eso no de Marcelo Birmajer" y "El bajel de las vaginas voraginosas de Joseph Bras"  me vienen a la mente, pero ninguno como este libro, que mezcla todos los estilos en su  narrativa y nos remite a Sherezade y ese gran libro de los libros que es "Las mil y una Noches"






Perversógrafo: sexo vaginal, anal, oral, satanismo, lesbianismo, orgías, tríos, brujería, masturbación, flagelación, sexo místico.



Me gustan sus Cuernos
Antonio Elio Brailovsky
Tusquets Editores, La sonrisa vertical 92
España, 1995
ISBN: 9788472238817
160 pág.